El arte joven de Cuba se ha dado cita en el proyecto HB, una de las grandes colaterales con que cuenta la XIII Bienal de La Habana. Y con arte joven no sólo nos referimos al realizado por los más noveles creadores de la Isla, sino a aquella producción que cuenta con no más de cinco años de vida, ya provenga de firmas consagradas o emergentes. Así, las Galerías Collage Habana, Ensamble y el Gran Teatro Alicia Alonso, inauguraron en la mañana del pasado 11 de abril una muestra que sobrepasa las 120 piezas con una nómina de 103 artistas, lo cual supuso un gran reto para las seis curadoras que se encargaron de tan magno evento.
Hilda María Rodríguez, una de las seis especialistas encargadas de la mega exposición comentó: “Siempre ha sido un proyecto dedicado a la promoción en función también de la comercialización. Las nóminas fundamentales de los artistas son justamente las que pertenecen a las galerías con las que estos artistas trabajan de manera permanente y sistemática.”
El objetivo fundamental del evento es la promoción de los artistas y su posterior comercialización. En este año, a diferencia de ediciones anteriores, la dirección de la XII Bienal de La Habana consideró pertinente invitar creadores de las generaciones de los sesenta y setenta, que no necesariamente pertenecen a la nómina de las galerías involucradas. De ahí la utilización de tres espacios exhibitivos.
La mayoría de los artistas presentes, Pedro Abascal, Lidzie Alvisa, Javier Castro o Rafael Villares, coinciden en apuntar el espacio seleccionado como un privilegio en cuanto a la visibilidad y relevancia que comporta dentro de la Bienal y la ciudad misma. En el caso particular del Gran Teatro, la propia arquitectura del inmueble es motivo obligado de visita lo que conlleva a una cantidad inusitada de visitantes fluyendo de manera constante e inevitablemente apreciando la muestra. René Francisco también reconoce la necesidad de expandirse y trascender el “mundillo del arte” para diversificar los públicos y causar un verdadero impacto social.
En el nivel curatorial HB supone un reto en cuanto no entraña un tema o idea específico sino que persigue actuar como vitrina de la producción más reciente de los involucrados. La mixtura de generaciones, lenguajes, técnicas y manifestaciones constituye una oportunidad inigualable para apreciar lo más novedoso de las artes visuales en el país así como un vehículo de intercambio para los propios artistas que generalmente no coinciden en acontecimientos de esta magnitud.
Amanda Beatriz Ramos Márquez y Nayr López García