El pintor, dibujante y serígrafo Damián Flores (México, 1971) y el artista multidisciplinario (grabado, escultura, pintura y dibujo) José Bayro (Bolivia, 1960), exponen un conjunto representativo de sus obras en las galerías del Centro Cultural mexicano Casa Lamm.
Aunque fueron ubicados en espacios distintos en calidad de proyectos individuales, y sus obras muestran procedimientos técnicos y formales diferentes, uno podría especular que los organizadores indujeron una suerte de confluencia simbólica entre ambos artistas, a partir de la impronta iconográfica de carácter surrealista que desarrollan y de los modos eclécticos de asociación o mezcla que ponen en práctica.
Damián Flores se muestra con una pintura bastante colorida, dinámica, contrastante, que recontextualiza y recicla objetos, figuras, elementos simbólicos pertenecientes al acervo cultural mexicano, para crear una densa narrativa pop en la que se dejan ver con claridad las “tensiones” existentes entre la línea sosegada, meticulosa, y la mancha gestual, espontánea; entre los efectos visuales de matices figurativos y abstractos.
Sobre la obra expuesta de José Bayro, la especialista Ingrid Suckaer afirma en su texto de apoyatura curatorial: “… Al igual que el arte de Bayro, nuestra época está marcada por la extravagancia, lo raro, la mezcla cultural, la torsión estética y la búsqueda de la espiritualidad”. Y también precisa en otro momento de su intervención: “… desde los más barrocos vericuetos de su imaginación el creador explora con total libertad la pintura, la escultura, la gráfica, la cerámica y la joyería, sin decantarse por ninguna de ellas”.