De vez en cuando camino al revés
Por Pancho López
Recientemente se inauguró la exposición De vez en cuando camino al revés, curada por el puertorriqueño Abdiel Segarra y el hondureño Ariel Sosa, en el Centro Cultural España de Tegucigalpa (CCET), en pleno corazón de Honduras. En esta muestra colectiva participan los artistas españoles Claudia Claremi y Rubén H. Bermúdez, los boricuas Marisol Plard Narváez y Toni Cruz Pabón, la colombiana Silvia Ramírez Monroy, el ecuatoriano Eduardo Oyana, la dominicana Helen Ceballos, los hondureños Léster Rodríguez, Lucy Argueta y Violeta Mora, así como los mexicanos Carla Lamoyi y Antonio Medina que juntos crearon Fiebre Ediciones.
Esta muestra es un intento por mirar hacia atrás, por desempolvar la memoria urbana y los hilos de la historia. Se integran piezas de video, fotografía y una serie de publicaciones que abordan temáticas sobre la identidad, la historia y las diferentes maneras en que ésta es construida. La información, las imágenes y los objetos que se enumeran, ordenan y clasifican, en conjunto se convierten en una manera de describir la realidad donde se proyecta la ideología y los valores, por lo que esta muestra busca reunir diferentes maneras de hacer memoria para crear un archivo que conecte el pasado y el presente tratando de ubicar el papel de grupos que no son favorecidos y que se han encontrado siempre fuera del margen: mujeres, gente desplazada y personas que no cuentan con ninguna clase de privilegios.
Fotografías de la cotidianidad y de prácticas comunes, objetos personales y prendas de vestir, hojas de papel con textos escritos a máquina, recetas de cocina, fotografías de espacios habitados, latas y cajas de productos que hacen referencia a la negritud, son sólo algunos de los recursos para narrar esta historia, misma que habla de salirse del centro, de emprender un viaje, de visibilizar lo invisible.
Rubén H. Bermúdez nos presenta un proyecto fotográfico en el cual se hace la pregunta y tú, por qué eres negro, con imágenes de su álbum familiar y autorretratos con los cuales construye un relato que nos habla de la rabia, la ternura, el trauma y la cotidianidad, así como el sentido del humor. Entenderse a sí mismo es una labor importante para los seres humanos. Léster Rodríguez participa con dos videos, Vorágine y El Viaje, obras que surgen a partir de una continua investigación sobre la geografía y las problemáticas migratorias, indagando sobre las motivaciones que tienen las personas para dejar su territorio, las diferentes crisis que los obligan a emprender el vuelo, y cómo tienen que enfrentarse a la constante búsqueda de un lugar mejor.
Carla Lamoyi y Antonio Medina presentan dos piezas, por un lado, una serie de videos titulada En cuarentena, los cuales fueron publicados en redes sociales divididos en seis episodios que revisen la historia de Latinoamérica a través de su comida y varias recetas de cocina, llenos de metáforas sobre cuestiones políticas, históricas y geográficas. Y, por otro lado, presentan 1 tonelada de papel, resultado de una residencia en Bolivia, que surge a partir de una experimentación editorial a través de impresiones y fotocopias. A la par se produjo una serie de zines con lecturas que hicieron a lo largo de este proceso creativo, así como libros que hablan de la historia del continente, varias reflexiones expresadas en diversas publicaciones de su propia editorial, que recopila historias de individuos, grupos y colectivos que desarrollan estrategias creativas para luchar contra la violencia y el miedo, un intento por entender el complejo mundo latinoamericano, con sus revueltas y luchas constantes por la libertad.
Una obra muy interesante, es La memoria de las frutas, una película de 16 milímetros, audiovisual que rescata la memoria a través de la oralidad, anécdotas personales y recuerdos, la memoria a partir de la experiencia sensorial, donde se describen frutas que conectan a los participantes con sus lugares de origen, un video donde las manos son protagonistas, donde la voz narra y el recuerdo aflora. Son 56 frutas, siendo el resultado de un proyecto de entrevistas, fotografía y película analógica realizada en Puerto Rico entre 2015 y 1016 por la artista Claudia Clameri, que en 2023 fue digitalizada y ahora se presenta de una forma poco convencional, montando la pantalla sobre un par de costales del mercado.
Con su teléfono celular, Marisol Plard documentó cuestiones comunes del trabajo doméstico, particularmente la labor de limpieza de departamentos turísticos en el viejo San Juan, que se han vuelto espacios para turistas, hablando con ello del cómo las ciudades cambian, los escenarios se transforman y la calles tienden a generar nuevas maneras de desarrollarse a partir de la gentrificación y el turismo, que deja derramas económicas importantes ante las frágiles economías locales. Por su parte, Lucy Argueta, presenta Merma/Vestigio, una obra realizada en 2012, en la cual la artista hace presente el rastro material de la ropa que ha sido enterrada y descubierta en supuestas excavaciones arqueológicas, pero son prendas contemporáneas, recuperadas por medio de una recreación, haciéndonos pensar en la remembranza del pasado a través del gesto de la recuperación.
Las tres fotografías que componen la obra Cerezas por papeles, de Helen Ceballos, son una apuesta por el cuerpo como vehículo, contenedor y traductor de experiencias. Esta obra intenta hacer, por medio de la ficción autobiográfica, imaginarios que devienen de la historia oficial. Estos retratos se acompañan por relatos en voz de la artista que buscan hacernos reflexionar acerca de cómo se construye nuestra historia personal y cómo se influye la manera en que ésta es narrada, momentos que también nos llevan al pasado, a través de impresiones en blanco y negro. Silvia Ramírez Monroy presenta un libro de artista hecho a partir de 109 páginas mecanografiadas e intervenidas que se ponen en movimiento a través del video. Esta pieza toma la palabra texto como punto de partida y nos remite a la actividad de tejer, siendo que las hojas fueron intervenidas con hilos cosidos para convertirse en una ofrenda textil, para transformar estos objetos en contenedores del tiempo.
Violeta Mora Acosta consiguió algunos documentales institucionales del archivo de la Cinemateca de Honduras, mismos que guardan una mirada romántica acerca de las comunidades y el pasado. Presentados simultáneamente en seis monitores, la obra busca desafiar y desmontar la visión institucional sobre los ritos locales, las compañías bananeras, así como empleos y prácticas manuales, con la intención de hacer una reflexión desde el juego y la experiencia sensorial llevándonos a territorios familiares y duelos desde distintas coordenadas de la memoria colectiva.
Eduardo Oyana presenta una serie fotográfica llamada Destino, migrar, en la cual se habla de fronteras, cartografías, territorios y otros límites conceptuales. Presentada sobre un mapa del continente europeo trazado directamente en la pared, en las imágenes se pueden apreciar distintos momentos del acto de migrar hasta llegar a otros destinos. Tony Cruz Pabón igualmente presenta fotografías tomadas con teléfono celular, en las cuales se documenta acerca de las diversas maneras en que los habitantes de San Juan generan objetos e instalaciones para reservar espacios de estacionamiento, hablándonos de la creatividad para obtener una remuneración ofreciendo dicho servicio estableciendo diversas estrategias.
En conjunto, en la exposición De vez en cuando camino al revés se percibe un esfuerzo por encontrar un punto medio sobre la historia, un intento por crear estrategias contra el olvido, por hacer presentes los mecanismos de defensa de la mente y la memoria, entender el cuerpo como contenedor y vehículo, asumir el territorio, aceptarse a sí mismo y hacer borrosas las líneas fronterizas entre los países y territorios que conforman la región centroamericana y el Caribe, seguir las líneas punteadas para trazar las figuras de nuestros corazones, unidos en una sola línea de tiempo.
Es importante destacar que, desde hace más de una década, el CCET viene cumpliendo con la importante labor de difundir y promover el arte y la cultura en Tegucigalpa. Se trata de una dependencia de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), una de las pocas instituciones a nivel local preocupadas en mantener buenas prácticas en la gestión de proyectos tratando de ofrecer apoyo financiero para los artistas y los curadores, con un presupuesto que se reparte de la forma más justa posible para todas las disciplinas.
Si quieren conocer más de este proyecto, o de las actividades del CCET, pueden visitar https://ccetegucigalpa.org/evento/exposicion-colectiva-de-vez-en-cuando-camino-al-reves/