Alonso González Hernández. 30 enero 1999. Ciudad de México.
(Artista visual autodidacta)
Exposiciones individuales/Solo exhibitions:
-Artist Community Studio. Pinturas. (24/11/23)
-ART Baja California ART. La Paz. Pinturas. (10-24/03/23)
-Orchid House Baja.Pinturas. (04 – 08/23)
– “Impermanencia capturada”. CEART. Tecate x Lagos. (20/02/25 – 06/25)
Exhibiciones en group/Group Exhibitions:
-SophArt “Simultánea”. Pinturas. (17/03/22)
-Maroma Coletivo. Vol. 3. Pinturas (12/05/22)
-RP Estudio “Aquí & Ahora”. Pinturas. (25/06/22)
-Van Der Plaas Gallery. “Above the abyss.” Pintura. (1-10/09/23)
-Lagos | Estudios y Residencias “Booth 1”. Pintura y escultura. (01/02/2025)
-Galería Otra Cosa Sin Nombre. Pinturas. (03 – 07/22)
Residencias/Residencies:
-Lagos | Estudios y Residencias. (04/24)
-Lagos | Estudios y Residencias. (06/24)
-Radio28cs Programa de producción. Dibujo y escultura en madera. (11-12/24)
Cursos/Courses:
-Tutorial de técnicas artistas y curatoriales, impartido por los profesores Arturo Montoto y David Mateo. (06/25)
-Arte participativo y reproducción cultural en América Latina, por Eduardo Abaroa x SOMA. (08/25)
Prensa/Press:
https://www.bajacalifornia.gob.mx/Prensa/Noticia/20334
https://elportavoznoticias.com.mx/inaugura-ceart-tecate-impermanencia-capturada-de-alonso-gonzalez/
Intuición y subconsciente en la obra de Alonso González Hernández
Por David Mateo
Si tuviera que referirme a dos cualidades relevantes en la obra del joven artista mexicano Alonso González, mencionaría, por un lado, la asertividad -y a veces presunción- de su formación como artista empírico, y por el otro, la tendencia permanente hacia los procesos del arte generados desde el subconsciente. La primera condición lo coloca en una postura de absoluta libertad creativa; lo ubica en un tipo de experiencia constructiva bastante desprejuiciada, desde la cual se apropia, manipula, cualquier tipo de artificio representativo que le sea conveniente.
Alonso no divaga sobre el fundamento intelectual de sus acciones representativas, avanza de manera gradual y concentrado en sus intuiciones técnicas. Lo que le importa ahora ese el desarrollo de una metodología personal, de una alternativa orgánica, sincera, de abordaje visual. Ello no quiere decir que no sea consciente de ese estadio de sofisticación conceptual al que podría arribar en un momento dado con su iconografía. Todo indica en su trayectoria y en los “giros” de sus imágenes que así será; pero la cercanía o lejanía de ese destino no parece inquietarle demasiado por ahora. Es más, creo que si hiciera lo contrario, su obra perdería la singularidad, la expresividad natural, en ocasiones un tanto “inocente”, con las que se ha estado insertando dentro del contexto artístico. Justamente el tutorial que hace apenas unos meses el maestro Arturo Montoto y yo implementamos con él, se llevó a cabo tratando de preservar esos tiempos sincrónicos, mesurados, entre la evolución técnica, formal, que va alcanzando su trabajo, y la concientización de una teoría, de un pensamiento analítico en torno a sus procesos.
Creo que Alonso observa por ahora de soslayo las intenciones, los enfoques del discurso alegórico en boga; esa pléyade de matices discursivos de aparente “irreverencia” que consagran en exceso muchas galerías y artistas de su generación en México. Prefiere obrar por cuenta propia, mantenerse alejado de la farándula, de la interacción especulativa que propician algunos escenarios del circuito del arte, independientemente de su personalidad solitaria, introvertida; pero ello no quiere decir que su trabajo haya dejado de revelar un viso de actualización y novedad.
La segunda condición de su quehacer artístico, la que se refiere al brote espontáneo del subconsciente, opera de manera directa sobre la autenticidad de su estrategia de selección y asociación artísticas. Alonso está en alerta y en observación permanente frente a la realidad visual que lo circunda. Puede fijar su atención en elementos peculiares de la arquitectura citadina, de la objetualidad urbana o doméstica, de la gráfica comunicativa; pero también puede interesarse en artefactos inusuales, ordinarios, que para muchos podrían parecer insignificantes, y que llegan a su vida de manera siempre fortuita. Desde una poética constructivista a lo Dadá, condicionada sobre todo por el azar concurrente y la memoria sensitiva, Alonso mezcla, combina esos objetos y visualidades, e improvisa con ellos una serie de interacciones aparentemente aleatorias, interpretaciones relacionales que pueden parecernos muchas veces herméticas, esotéricas; pero que generan un impacto formal y estético en extremo convincente.
El resultado de su obra se asienta en un dibujo impulsivo y sosegado a la vez; catártico y parsimonioso; preocupado en extremo por la capacidad de síntesis, de condensación, que se puede alcanzar entre los distintos planos de la estructura, no importa la dimensión o la escala, e incluso la nobleza o precariedad de sus soportes. Esas figuraciones extrañas, descontextualizadas que él selecciona, poseen una carga protagónica dentro de la composición de su obra; él las va “recortando” sobre fondos concebidos con una geometría bastante gestual, insinuada. Acentúa sus contornos, incluso, de manera obsesiva, delirante; las va repensando mentalmente mientras las remarca a través del trazo ríspido de la línea del dibujo, una y otra vez; ya sea para establecer una determinada conjetura en torno a la trascendencia de su operatoria simbólica, o para convertirlas en alguna otra entidad de inducción ilusoria, fantástica.
David Mateo/crítico de arte y curador
(Ciudad de México/septiembre de 2025)
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Alonso no fija su mirada, sino que la posa de soslayo sobre las cosas circundantes, otorgándoles un viso de sombras chinescas, inquietantes, inseguras y al mismo tiempo fulgurantes. Como consecuencia, sus dibujos no son constructos acabados, sino más bien apariciones desconcertantes, de una forma que nos desespera por completarla. Ese es justamente el ejercicio más riguroso del arte: la insinuación y el desconcierto; la manera incompleta de exigir a la mirada del otro una complicidad, una invocación a la finalidad, esfuerzo que provoca siempre la sed de volver sobre lo representado.
Arturo Montoto/artista visual y pedagogo
(La Habana, Cuba, septiembre de 2025)
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Impermanencia capturada
Por Olga Margarita
Alonso González Hernández es un artista autodidacta, durante su segunda residencia en Lagos/Estudios y Residencias, en la Ciudad de México, con duración de un mes, trabajó en 18 dibujos y pinturas de gran formato. Materializó en 3 metros lineales de cada pieza, las posibilidades del devenir, capturó en formas la gestualidad libre de la vida cotidiana, la acción posible entre: la manipulación de los materiales, seleccionados con el criterio de ser comunes a la mayoría de las personas (lápices, tintas, crayones, todo lo que se puede encontrar en una papelería) y su inconsciente como guía.
En su interés por develar lo inmaterial, se enfrenta con el temple de lo silvestre y la impronta del azar, a los materiales de manera cruda, En una suerte de ejercicio performático, manipula para aprender y dejar ver la tensión construida, dividida por la mente, para que aflore el entorno natural y la humanidad.
Además de la importancia de los materiales y su relación con el inconsciente, las obras de González Hernández mantienen un dialogo con las formas e intereses de la modernidad: la arquitectura racionalista, las líneas orgánicas y la voluptuosidad del cuerpo humano, a manera de Henry Moore y los Estridentistas mexicanos.
Procesos como los de este novel creador, nos conforman y enorgullecen por el trabajo que desarrollamos en lagos, que, al ser una plataforma independiente y experimental de arte contemporáneo, se consolida una comunidad amplia y diversa, que se nutre de diferentes generaciones, aproximaciones disciplinares y experiencias.
Olga Margarita/Chief curator Lagos/Estudio y Residencias. Ciudad de México
