BIOGRAFÍA
Graduado en 1998 de Diseñador de Comunicación Visual en el Instituto Superior de Diseño de La Habana ISDi.
Desde 1998 hasta el 2004 trabaja en la Empresa de Tecnologías de la Información y Servicios Telemáticos (CITMATEL) diseñando la interfaz de usuario de sitios Web y multimedias.
Desde 2004 hasta el 2016 trabaja en la Casa de las Américas en la promoción de eventos culturales de carácter internacional y diseñando algunas de sus publicaciones impresas y digitales.
Desde 1998 hasta 2010 imparte clases de Ilustración y Cartel en el ISDi. Ha disertado sobre estos temas en universidades de América y Europa.
Actualmente es coordinador y promotor de eventos y exposiciones de diseño en Fábrica de Arte Cubano. Además, es creador independiente y por esta vía se ha vinculado fundamentalmente a instituciones culturales como Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos ICAIC concibiendo la imagen de eventos como el Festival Internacional del Cine Pobre y la realización de carteles para promocionar su filmografía; Instituto Cubano del Libro ICL, diseñando tapas y realizando ilustraciones para varias de sus publicaciones; en el sello disquero Colibrí, entre otras entidades.
Ha recibido premios por interfaces de usuario para soporte digital, logotipos y marcas, carteles, tapas de libros y de discos, videos Clips.
En 2013 recibe el Premio Nacional de Diseño que concede el Instituto Cubano del Libro.
Su trabajo se ha expuesto dentro y fuera de Cuba (Estados Unidos, Alemania, Italia, España, Polonia, Francia, Nueva Zelanda, México, Brasil, Argentina, entre otros), quedando referenciado en diversas publicaciones especializadas.
COMENTARIO
Virulenta, como un troyano, así nos invade la obra gráfica de Nelson Ponce.1 Para quien lo conoce ha ya más de diez años, pareciera imposible la sorpresa ante un nuevo cartel, portada (de libro, disco, revista, programa) o proyecto audiovisual. Y sin embargo, ante el desconcierto (disfrazado de envidia… de la buena, claro) de cómo ese maná creativo ha fluido firme, consistente, en los tantos años que lleva produciendo mensajes, expresando, comunicando para (y por) los demás, surge la deferencia, el respeto.
Un rápido bosquejo sobre su currículo nos remite a la formación isdiana,2 su entrega larga y fructífera a la docencia,3 y el ineludible apego al cartel como canal directo con los otros; pero también da cuenta de campos como el diseño para web/multimedias, editorial, logotipos, de identidad corporativa y stands, por los que ha transitado con igual celo. Y aunque el catálogo de trabajos es vastísimo y diverso, pienso que en el caso de sus propuestas para el sector cultural es donde residen sus logros más palpables.4 (…)
Ahora bien, y a pesar de nuestra obsesión por clasificar, diseccionar, ubicar cada cosa en su lugar, es difícil hablar de estilo cuando apreciamos la obra de Ponce en totalidad. Si algo la caracteriza es su “eclecticismo”, o mejor, su falta de (o apego a un) estilo. Algo de agradecer en un diseñador. Transitar por diversos caminos, beber de influencias disímiles en el panorama gráfico nacional e internacional, pero también el estudio de lo que cada proyecto necesita o demanda, hace que en su catálogo existan propuestas lejanas entre sí como Protégete siempre, evita el SIDA, 8vo Festival de Cine Pobre (2010) o El rap es guerra (2012). Algunos apuntaran que el humor pudiera ser una base, como punto o referente personal, pero no siempre. Otros, que cierto gusto icónico, donde emergen el dibujo, el grafismo, la ilustración, pero no invariablemente. Habrá quien señale el cromatismo profuso que, cuando ha de ser contenido, igual se trastoca en prolijo y sobrio. De esta forma, Ponce ahuyenta los encasillamientos, reintrepreta, re-dibuja y barre sus propios límites. Proponer, experimentar, probar y errar, nada ha escapado a su método.
La multiplicidad de acercamientos a tópicos de diverso origen y materia que ha supuesto su vinculación en el campo cultural con instituciones y proyectos diferentes –la Casa de las Américas a través de sus eventos y exposiciones; el ICAIC, sus filmes y homenajes; el Instituto Cubano del Libro, la EICTV– propician ese amplio abanico de posibilidades y propuestas, amén de infinidad de trabajos puntuales con músicos, artistas visuales, y escritores. Restless… parece ser su divisa. La creatividad latente, punzante, y una sana competencia/rivalidad con sus contemporáneos (muchos de ellos, sus amigos) lo oxigenan, y a la vez lo impulsan a seguir re-inventando(se). Lo que hace que incluso un mismo evento y en sucesivas ediciones –Mayo Teatral, Premio Literario, Premio de Composición o Premio de Musicología (Casa de las Américas), o el Festival de Cine Pobre–, sea él su propia competencia. Optar por nuevos canales visuales de comunicar una misma idea o proyecto, es siempre un reto. Por eso destaco el tretis musical del Premio de Composición 2007, luego cocina-bocina en su edición de 2011; el hombre que más que oír, “piensa” con audífonos del Premio de Musicología 2010 a la Casa verde-naranja mappeada al compás de un ecualizador (2014); la cara-lagarto del Mayo Teatral 2004, pasando por el prohibido mando de TV (2010), y de ahí a la manifestación-desfile teatral (2012) que hace de la calle un espacio para la creación, la expresión colectiva. La posibilidad de revisitar o replantear la imagen de un evento cultural es un estímulo a imaginación, la creatividad, y no siempre puede lograrse con maestría, como en este caso. (…)
En el campo editorial, Ponce también ha incursionado con denuedo,5 a veces de forma puntual como en las revistas Movimiento (Agencia Cubana del Rap), The H (Havana Cultura), la concepción por tres años consecutivos del Anuario de EICTV (graduación/generación 18, 19, 20); o vinculado a sellos editoriales como Casa de las Américas, el ICAIC, Gente Nueva, de manera más sistemáticamente, o de forma ocasional como la Editorial Unión, cuyos Premios UNEAC 2012 (de cuento, poesía y ensayo) son rotundos y eficaces en su propuesta visual.
En Casa de las Américas, sobresalen la Colección La Honda y el libro-catálogo Matta (2007);6 en el ICAIC, a través de varios volúmenes, destacan por su certero manejo icónico El cine entre el infierno y paraíso de Aleksandr Mitta, y Explorando el cine caribeño de Luis Alberto Notario y Bruce Paddington.7 Si en Matta se buscó poner la voz, estilo e imaginación del pintor chileno en primer plano, con el concepto de “arte con la vida” (arte cual expresión vital) que promulgaba el artista como punto de partida, en los dos libros de cine se trató de condensar y englobar las “tesis” enunciadas por los autores en imágenes “vórtices”. Ya sea el evidente uso del tridente que atraviesa una nube, con el rojo y azul de fondo c(u)alificando los espacios-referentes (cielo/infierno); el muñeco/corsario (o pirata) cuyo cuerpo varias alfileres de colores traspasan (¿vodú caribeño?), cada imagen extrema su potencialidad sígnica, aportando una lectura paralela, el humor y la sugestión a un mismo tiempo.8 (…)
Buscando ir más allá en el universo de la creación, Ponce y dos de sus amigos más cercanos se iniciaron en el incierto terreno del video-clip. Para nadie es noticia que el trabajo de animación es uno de los campos en el que buena parte de los diseñadores siempre quieren incursionar, y de hecho muchos centran su labor en ese campo, sin embargo, cuando Nelson, Raupa (Raúl Valdés) y Edel Mola Rodríguez se unieron para concebir el clip de Bailando suiza de Harold López Nussa, no avizoraban el mundo que se abría ante ellos.9 Esta propulsión estética, que sentían y necesitaban canalizar hacia otros campos artísticos, en este caso la dirección audiovisual –que quizás en un futuro los lleve o no a algo más–, no es otra cosa que la inquietud creativa de quien no se conforma con lo conocido, lo que ya domina. (…)
Vistas las perspectivas que la filmación brinda, el siguiente proyecto sería un reto: El vuelo del moscardón de Aldo López Gavilán. Tomando al cine mudo como coartada y marco temporal justo para el desarrollo de la historia del clip, Raupa, Mola y Nelson hicieron de las suyas. No solo por la presencia del músico que es López Gavilán a través de uno de los solo de piano más excitantes y complejos,10 sino por el estudio de los códigos del cine mudo, el humor y la actuación impecable de los actores invitados, lo que hacen de este video una suerte de homenaje a la cinematografía y la música de inicios del pasado siglo, visto y ejecutado desde manos y ojos contemporáneos.
Fragmentos de Un troyano gráfico, de Nahela Hechavarrría Pouymiró
1. Para quienes deseen ahondar en el universo de este creador visitar su sitio www.nelsonponce.com , allí encontrarán mucha mayor información visual que la que estas páginas pueden comentar o referir.
2. Vocablo al hablar que a veces algunos usamos, para referirnos a los egresados del Instituto Superior de Diseño Industrial (ISDI), centro rector de la formación de diseño (gráfico, industrial y de vestuario) en el país.
3. Por más de diez años impartió las asignaturas de Ilustración y Cartel en el ISDI, así como organizó y participó como invitado en múltiples conversatorios y eventos dentro y fuera de la Isla.
4. Quizás sea verdad, la noción de que el diálogo con actores del campo cultural supone otro tipo de relación del diseñador con el consumidor de su trabajo, dado que muchas veces los códigos culturales y/o la aceptación de determinada propuesta osada, o tan siquiera diferente, pasan por sensibilidades afines y una comprensión no usuales en otros sectores como la educación, salud, empresarial.
5. En 2013 recibió el Premio Nacional de Diseño del Libro.
6. Este volumen, editado por Casa de las Américas y Ediciones Boloña, fue el resultado de la exposición titulada Año Matta que tuvo lugar en Casa de las Américas ( abril 2006- marzo 2007) dedicado al artista chileno Robert Matta, con obras de la Colección Arte de Nuestra América “Haydee Santamaría” de la institución.
7. Con este libro, Ponce recibió el Premio Anual del Arte del Libro “Raúl Martínez” de 2011.
8. Algo que Ponce había ya explotado cuando ilustró junto a otros camaleones la revista La Jiribilla de Papel, si no recordar su bandera-podio-escalera que miraba los 60 (julio, 2004), o aquel barco-utopía anclado a una nube (abril, 2004), por solo citar algunas imágenes.
9. Aun cuando, dicha sea la verdad, Raupa sí contaba ya con una amplia obra asentada en la realización de spots promocionales, el trabajo en equipo propició una visión de conjunto, de conciliación de diversos puntos de vista que enriqueció también su quehacer.
10. N. Rimski-Korsakov compuso este interludio entre 1899 y 1900.