Tema: Prácticas artísticas e imaginarios sociales
Convocada desde el Consejo Nacional de las Artes Plásticas con la presidencia de Rubén del Valle Lantarón y el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam con la dirección de Jorge Fernández. A través del objeto de estudio definido para esta edición, se buscaba indagar en aquellos discursos que implican o comprometen –en una escala más compleja– al ciudadano y al espectador, explorando las diversas acepciones de lo público, los procesos de inserción social, las tecnologías y la comunicación.
El texto curatorial declara que “para la Oncena Bienal de La Habana es importante propiciar el diálogo entre el adentro y el afuera, trabajar con el arte vivo e involucrar de forma permanente al espectador. Nos planteamos –esta vez con mayor énfasis– convertir el contexto cubano y los escenarios públicos en un laboratorio temporal de experimentación artística.”
La Bienal nuevamente se estructura a través de circuitos. En Habana Antigua se desarrolla la exposición central Prácticas artísticas e imaginarios sociales, en el Gran Teatro de La Habana. Se suman al circuito Open Score. Nuevos medios se desarrolla en el Centro Hispanoamericano de Cultura, mientras La Caza del Éxito en el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales; CIFO: Una mirada múltiple en el Museo Nacional de Bellas Artes; Detrás del muro. Proyecto Malecón en el malecón habanero y plazas aledañas; Proyecto Cinema Remixed Reloaded 2.1 en la Galería Collage Habana; Proyecto La ética antes de la forma en Galería Galeano; mientras en otros espacios institucionales y públicos (cines, galerías, jardines, plazas, calles, museos, instituciones) se exhiben o transcurren el resto de las propuestas. En el circuito Plaza Creaciones compartidas tiene lugar en el Pabellón Cuba; a la vez que parques, instituciones, avenidas, acogen el resto de los proyectos con amplio acento en lo urbano y lo públio. El Circuito Playa incluye el Proyecto pedagógico del Instituto Superior de Arte, el Centro de Negocios Miramar y el Instituto Politécnico Superior José Antonio Echevarría. Por último, el Circuito San Agustín se refiere al proyecto MAC-SAN que ocurre en espacios públicos, institucionales y privados de ese municipio periférico.
Como dato curioso vale destacar que de los 180 artistas que participan en el evento, 113 pertenecen a la nómina de la Bienal y los otros 67 fungen como invitados de los proyectos específicos donde se incluyen. Destaca el caso de los cubanos, 27 en registro oficial de los 55 totales. Participan de América Latina y El Caribe: Argentina, Chile, Brasil, Colombia, México, Panamá, Guatemala, Nicaragua, Costa Rica, Paraguay, Perú, Ecuador y Venezuela, Haití, Puerto Rico, Surinam, República Dominicana, Martinica, Barbados, Guadalupe y Cuba. De África: Nigeria, Camerún, Palestina, Marruecos, Egipto, Sudáfrica y Angola. De Asia: India, China y Japón. De otros países: Canadá, España, Austria, Francia, Rusia, Alemania, Serbia, Italia, Dinamarca, Bélgica, Noruega y Estados Unidos.
El evento teórico, bajo el título mismo título que el evento, se convoca para el Teatro del Museo Nacional de Bellas Artes.
El programa colateral adquiere en esta edición una dimensión inédita pues, abandonados los espacios del Parque Morro-Cabaña por los curadores de la Bienal, el Consejo Nacional de las Artes Plásticas decide organizar allí una gran muestra de arte cubano, que tuviera en cuenta la mayor diversidad posible de estéticas, procedimientos y generaciones. Se suma a este proyecto decenas de exhibiciones por toda la ciudad, con un acento especial en los llamados Estudio-Taller de los propios artistas.