Entrevista a Lázaro Lacho Martínez, líder del grupo Los Transferencistas
Por David Mateo
(Fotografías: Danay Nápoles y cortesía del autor)
El proyecto artístico radicado en México y liderado por Lázaro Lacho Martínez, Los Transferencistas, expande sus concepciones y metodologías abstractas de representación a través de diversas experiencias creativas vinculadas a la pintura, el performance, la música, la danza, el teatro y el audiovisual.
El grupo, integrado además por Reinier Usa Torres, Ivette Cedillo, Yosvel Hernández y Humberto Perdomo, prioriza en sus modos operativos el sentido de diálogo, de intercambio intelectual y técnico con otros creadores. Se interesa porque ese sentido, y las contingencias creativas que derivan de él, alcancen un perfil perceptual unívoco, coherente. La filosofía del intercambio, de la proyección cooperada, adquiere en este caso un fuerte valor inductivo.
La exposición que tuve la oportunidad de curar junto a ellos a finales del año 2020, para la galería independiente DNasco Studio de la capital habanera, incluyó un segmento emblemático de obras desarrolladas a través del audiovisual. Se trata de la mezcla sincrónica, casi calidoscópica, entre un número significativo de imágenes provenientes en apariencia del universo tecnológico, mecánico, y piezas de música incidental elaboradas por el grupo. Un ejercicio que tal parece expandir, y hasta emular con sutileza, algunos argumentos e incentivos del trabajo pictórico de La Transferencia.
Como parte de las estrategias de inserción y legitimación dentro del medio artístico cubano, organizamos también en el año 2019 un proyecto de exposición para la Galería Taller Gorría (GTG), que despertó mucho interés entre artistas y especialistas, y en el que se incluyeron trabajos pictóricos e instalaciones sonoras. Con esta segunda exposición de obras audiovisuales, mostradas en DNasco Studio, cerrábamos un ciclo de difusión y confrontación del trabajo del grupo dentro del contexto artístico insular.
Aprovechando la visita de Los Transferencistas a La Habana, y las horas de intenso trabajo curatorial en la galería DNasco Studio, decidí realizar esta entrevista a Lázaro Lacho Martínez, en la que -por primera vez y de forma algo más sosegada- lo convido a una disertación pública sobre los conceptos y estrategias metodológicas que desde hace algunos años caracterizan la actividad del grupo.
David Mateo: Lacho, aunque he estado al tanto del trabajo del grupo, y me he hecho una noción bastante clara sobre las ideas artísticas que desarrollan, me gustaría que enumeraras personalmente las concepciones y procedimientos que pautan su actividad…
Lacho: La Transferencia está regida por dos principios básicos, que constituyen en sí mismos pretextos o motivaciones idóneas para llevar a cabo un ejercicio combinatorio entre la labor investigativa y la producción artística. El primero de ellos es el Informacional, caracterizado esencialmente por el repaso histórico concebido a partir de dos grandes perspectivas de enfoque: una inducida hacia el ámbito macrohistórico y otro hacia el microhistórico. En el macrohistórico decidimos adoptar un análisis un tanto más abarcador de los hechos; de las personalidades condicionadas por situaciones políticas e ideológicas particulares. En el microhistórico nos interesa escudriñar, por el contrario, la condición autónoma del sujeto; sus contingencias y móviles más recónditos; los objetos singulares que derivan de tales circunstancias privadas.
El segundo principio es el Generativo. En él priorizamos el estudio, desarrollo y perfeccionamiento del alfabeto icónico de cada uno de los integrantes del grupo; pero al mismo tiempo la gestualidad implementada desde la colectividad; el sistema de diálogo; la conexión interrelacional; los métodos de interpretación y simbiosis creativos. Repasamos constantemente la autonomía física de determinados objetos de interés; la cualidad del oficio que lo sostiene.
En cuanto a la pintura, nos motiva el análisis de la hechura por capas; el estado de conciencia sobre éstas; la congruencia que ha de existir entre cada una de las partes que integran la composición visual. La complementariedad y diferencia entre lo caótico y lo ordenado, entendidos como procesos que intervienen de manera directa en la lógica del ritmo y el gesto corporal. Impulsamos la perspectiva del observador que se convierte en observado, o viceversa; un acontecimiento en el que el hecho del enjuiciamiento se contiene y en ocasiones se anula.
Nos interesa sobremanera el estado de aceptación orgánica de los procesos creativos, algo que denominamos “semejanza activa”, la rendición o entrega del artífice. La semejanza activa es una experiencia vivencial, que nada tiene que ver con la interpretación superficial de la cosa. No es mimesis, no es una operación habitual; es decir, que no deriva del hábito, refiere a la sustancia, no al cuerpo externo de las cosas. Habitar cada dimensión, cada experiencia tal cual, no a través de una simulación ostensible. Las maneras a través de las cuales el pensamiento se subordina a la funcionalidad del proceso, su eficiencia.
En cuanto a lo estructural, indagamos sobre las formas cerradas y abiertas, concretas y aparentes. Indagamos en la sintaxis y morfología de las formas; en el ritmo kinestésico propio de un diálogo artístico. En las nociones de equilibrio, espacio y tiempo (la danza, el cuerpo); la conectiva física y mental, el estado de presencia. Desarrollamos la capacidad para sopesar, intuir e inducir lo incognoscible.
La Transferencia es implosión y explosión de ideas, autocomplacencia de conceptos y comprobaciones prácticas. Es también búsqueda, develamiento, autosuficiencia didáctica sobre el terreno en el que interactuamos.
Nuestro grupo investiga y especula sobre una serie de contrapunteos categoriales: Lo ininteligible en vínculo con Lo abstracto; lo ininteligible en relación con lo desconocido; la abstracción como concepto funcional, dinámico, adoptado por el sujeto instruido; y lo ininteligible como sentido de espera e intuición, frente a lo abstracto como consumación de la forma.
David Mateo: ¿Qué relevancia tiene la “abstracción” como concepto artístico y lenguaje de expresión para el grupo?
Lacho: Creemos que la expresión abstracta ha perdido la capacidad de pensarse a sí misma. Pareciera que éste es hoy día un término demasiado elemental, cognoscible, finito; y que está sustentado sobre una postura de aparente “suficiencia” pictórico-conceptual. Por eso pretendemos remover, someter a debate a través de nuestro trabajo todas las posibles convenciones existentes sobre la expresión y sus modos.
Aceptamos la abstracción como un hecho consustancial dentro de la realidad mental y física. La admitimos como un antecedente perceptivo y un acervo conceptual e histórico. No obstante, quisiéramos apuntar que, desde nuestro punto de vista, el ser humano continúa siendo una entidad profundamente ininteligible; abstracta en el más férreo sentido de la palabra. La abstracción y la figuración son dos conceptos radicales para el entendimiento de la forma. Una pequeña parte del mundo es legible dada nuestra capacidad de instrucción e inteligencia, de los procesos altamente catalizadores de la experiencia, la conquista. Lo ininteligible no niega tal capacidad, solo nos recuerda lo que aún no ha sido dominado o entendido. La grupalidad en La Transferencia es un espacio de convencimiento, especialización y reconciliación en tal sentido.
David Mateo: ¿Cómo Uds. reacomodan estas nociones y criterios metodológicos en la actividad interdisciplinar?
Lacho: Hay que recalcar que la inducción es fundamento en esa suerte de co-creación. En un principio esta cooperación ha sido guiada, fomentada, y en muchas ocasiones hasta “truqueado” el acto creativo. El actor, danzante, músico, poeta -aun siendo un conocedor profundo de su especialidad- ha de supeditarse a una disyuntiva consciente de exploración, de desentrañamiento. Los primeros impulsos parten de un referente de operaciones plásticas, como verónica, como lance, hasta trascender a otro estadio o lapso de entendimiento; en el que el soporte representacional en cuestión actúa; alcanza la sintonía, la sinergia. En muchas ocasiones los hechos artísticos ocurren de manera aislada; el actor no conoce con quién dialoga; la otra fracción aparente no es más que un espejo-diálogo. El músico no es dueño del resultado, al menos no en tiempo real. De alguna manera también independizas al grupo o colectivizas al individuo.
El concepto de réplica nos sirve para crear conciencia acerca de la pluralidad, de la infinitud de la forma; advierte que éstas no son idénticas, miméticas, solo semejantes. La Transferencia hace severa parodia de los accidentes, los macroexpone. Estas nociones se revelan desde cualquier perspectiva: desde La Transferencia del gesto, del verbo, de la poesía plural, de la tridimensionalidad, el audiovisual y la producción sonora… Las soluciones técnicas generales o fragmentadas, devenidas de la práctica artística de cada una de estas manifestaciones, se superponen entre si, se entremezclan; e intuyen, avizoran posibles subterfugios y sentidos evolutivos dentro del proceso global de La Transferencia.
David Mateo: ¿Podrías mencionar algunas fuentes bibliográficas sobre las que se apoya la argumentación teórica de Los Transferencistas?
Lacho: No hay especificidad concreta, ni mucho menos bibliográfica. Sino una investigación hacia lo incognoscible e innombrable. Claro, somos una suma de textos, vivencias, añadiendo a esto la operatividad de todos los sentidos; lo que soy, mi domesticación como parte de ello.
Hay un antes y un después en cuanto a los referentes. Los textos, antes de encontrarme con La Transferencia y luego de ella, tomaron otra significación. Aunque, como conjunto de autores que nos han aportado desde campos como el de la historia, la filosofía y la escritura, podemos mencionar a Carlo Ginzburg, Jacques Derrida, Jean-Paul Sartre, Inmanuel Kant…
David Mateo: ¿Qué figuras o movimientos artísticos han servido de referencia para la actividad transferencial?
Lacho: Los paradigmas en mayor medida son ajenos al arte: científicos, filósofos, operarios, dueños de invenciones, emprendedores… Sistemas, ciencias, meta-ciencias, y desde lo artístico todo aquel que encontró su camino o gestión. La Bauhaus como escuela y sinergia, Robert Rauschemberg, su obra. El Brutalismo como movimiento, su cruda expresión de la forma. Joseph Kosuth, notorio líder del arte conceptual. La concepción de la física cuántica, sus posibilidades, etc.
De cierta manera, y sin que ello parezca petulante, siento que muchas veces me he adelantado al futuro. He desarrollado conceptos y luego los he encontrado en su expresión literaria.
David Mateo: ¿Descríbeme la operatoria creativa habitual del grupo?
Lacho: La Transferencia formal ordena su proceder metodológico según los soportes a investigar. Las bases de su funcionalidad ya están ahí; pero solo pueden ser reconocidas, asumidas como certezas, como virtudes perceptuales, a partir de una observación aguda. El escrutinio, el repaso, entendidos como estados de reconciliación, solo pueden ser interpretados desde la perpetuidad del nexo como operadores y biógrafos. Esa es una máxima de la dinámica operatoria Transferencial.
Hay que acotar que en esa conquista de lo innombrable la rigidez no tiene valía, no opera. Los términos se movilizan de manera práctica, contingente. En el momento creativo se sopesan alternativas, soluciones; respetando, como es lógico, la individualidad. Eres la investigación desde un sentido genérico, y fabricas para ello un personaje, un nuevo ser, que no es ajeno a la voluntad de nexo e imbricación. Hay una interacción de transferencia de lo que soy; una posibilidad de intercambio de roles. Es más, luego de la reconciliación, eres el otro; medias desde su cuerpo. Determinadas sentencias y acciones prestan el tuyo en una suerte de permuta consciente, de un modo de vida en complicidad… Tenso el arco, luego la flecha, doy en el blanco; pero también no olvidar que soy el otro, soy el blanco. El ser es un concepto difícil de concebir, este se intuye. El somos existe, acciona.
La inteligencia emocional potencia la grupalidad. El otro posee una cuota de experiencia y virtud que le pertenecen, pero que está dispuesto a compartir conmigo. Ese es el principio de la relación transferencial. Hay un espacio simbólico donde se mezclan y potencian esas cuotas, esas cantidades. Todo es cantidad y es transferible, lo que yo llamo semejanza activa. La rendición de la que hablamos es justamente eso.
David Mateo: ¿Hacia dónde se encaminan en la actualidad los estudios conceptuales del grupo?
Lacho: El basamento conceptual de La Transferencia, y lo que su activar metodológico refiere, deriva de una continua investigación y modo de vida. Más que soluciones o resultados representativos, nos interesa el encuentro con la forma que aún no ha sido conquistada. Toda pregunta antecede el encuentro, la forma en sí es la respuesta.
La investigación es el camino. La actualidad es un remanente de una historia que comenzó en un momento algo impreciso. Como líder y gestor del concepto transferencial, a mi memoria llegan pequeños destellos de recuerdos, como el de un trazo infantil, por ejemplo, que como texto indiciaba algo; una especie de avalancha prematura de la cual hoy gozamos a plenitud.
Para La Transferencia la investigación es una constante. Asumir la práctica o acto de transferir como una puesta en escena; donde la interdisciplinariedad ofrece, lega el artificio para enrolarse, para habitar el cuerpo del otro, de lo otro. No es una mera posibilidad, es la posibilidad.
David Mateo: ¿Con cuanto nivel de intensidad ha impactado el acervo cultural y artístico de Cuba y México en los postulados creativos del grupo?
Lacho: Como interés primario, y desde la perspectiva del que observa con agudeza, perspicacia, ese alargamiento y tiempo de lectura ya nos habitaba, nos condiciona. Está presente y grabado en nuestro quehacer la grandilocuencia del muralismo mexicano, su factura a pesar de la escala. Esta última pareciera elemental, no es azarosa su narrativa, acumula tiempo; su lectura ancla al espectador, lo conduce, lo opera. La arquitectura constituye otra de nuestras fuentes primarias, un excepcional regalo para nuestro acervo representativo. Otros nutrientes cognitivos fueron asimilados por mi cuando cursaba la especialidad de pintura en la Academia San Alejandro, en La Habana, y forman parte indisoluble también del legado del grupo. Llegaron a mi justamente a través de algunas clases o talleres eficientes, copiosos, de contundente verbo empleado por parte de sus coordinadores. Eran clases o talleres relacionados con la apreciación de las artes, la estética y la historia del arte; aunque con el imperativo lógico de la distancia que imponen las referencias bibliográficas tradicionales y las diapositivas imprecisas. Quizás por ello también la investigación, la búsqueda del referente activo, siga siendo la proa de nuestro hacer.
David Mateo: ¿Podrías ofrecerme una valoración sobre ese arte conceptual que se desarrolla dentro o cerca de las circunstancias actuales que impactan en el grupo?
Lacho: La intención reflexiva, experimental se mantiene; a pesar de que el arte, o una buena parte de él en ambos países, ha encallado por momentos en una esquematicidad metodológica. Ello no implica, por supuesto, una mirada de irrespeto o menosprecio hacia muchos de los precursores o antecedentes académicos y posmodernos que sostienen el arte actual. Lo que sí está claro que las herramientas cambiaron, los materiales, la forma de ver y hacer, la tecnología, sus procesos, la anti-doctrina, las alternativas de supervivencia del medio y sus hacedores. En esas modificaciones impactan los sistemas de circulación, la moda, el gusto, las burbujas, lo que se vende y lo que conviene. Todo empieza en los sistemas; estos que dividen, malogran, debilitan la educación, la autodisciplina creativa… En fin, es la clásica épica de David contra Goliat. La reconciliación que tanto promulgamos no implica un pensamiento homogéneo, monolítico; pero sí un mismo estado de conciencia sobre tales situaciones. El uno y el otro encarnan, alegorizan por igual, ese estado.
En este sentido, mi valoración se ha visto condicionada por el conocimiento vivencial de conceptos como empresa, fundación. Ha sido clave el encuentro con intelectuales foráneos. La comprensión de la cultura precolombina. La diversidad cultural en países visitados, el unipartidismo, pluripartidismo, las monarquías. El tener que acatar costumbres, normas, leyes; y siempre de invitado.
México-La Habana 2020