Moisés Finalé

El volumen se concentra en la producción de Moisés Finalé correspondiente al período 2000-2015, desarrollada en Cuba y Europa, especialmente en París, lugar donde -según testimonios de su esposa y autora del libro Yamilé Tabío- fue el escenario de las mejores producciones del artista, mientras salía a descubrir las noches y el magnetismo de la ciudad luz[1]. Durante estos cinco lustros el uso de la figura fememina ocupó el centro del imaginario estético de Finalé y fue recreada en una diversidad de soportes y técnicas que abarcaron el metal, la madera, el plástico, el papel kraft. Ha escondido los pinceles y ahora se lanza a trabajar con caladoras, tijeras y hasta la lluvia acompaña sus telas dejando la fina huella del agua.[2]

Yamilé Tabío ofrece algunas claves para acercarnos a la obra de Finalé. Se vale de la relación personal y profesional que los une para discurrir en torno a la producción del artista. De una manera amena le impregna a los textos un tono íntimo, buscando la cercanía con el lector, a quien se le permite adentrarse poco a poco en pasajes muy personales de la vida del creador. Asume con rigor su rol de autora, de narradora testigo y a ratos de protagonista, y elabora metódicamente la información recopilada en el volumen, cuidando la exactitud y fidelidad de las fechas, lugares y nombres, extraídos de numerosas fuentes que debió consultar para la preparación del catálogo.

En las páginas del catálogo se descubren decenas de criaturas excepcionales que pueblan la singular cosmovisión del creador: cuerpos cuadrúpedos con cabezas de mujer, siluetas fememinas que portan grandes cuernos en punta o doblados en espiral, figuras aladas, cabezas de lagarto, ojos, palomas, animales felinos, máscaras… Entre esas imágenes se intercala la opinión crítica de varios especialistas que han valorado la obra de Finalé, lo cual enriquece encomiablemente la documentación preparada para el libro.

[1] Yamilé Tabío en Palabras de presentación del catálogo.

[2] Idem