Tocar madera

Si repasamos la obra artística de Arístides Hernández (Ares), no hallamos índices permanentes en los cuales ubicar un estilo o modo de expresión único que la caracterice. Su operatoria ha tenido lugar en los predios de la creación más múltiple, aun cuando resulte común que se le reconozca como el Ares caricaturista, por el alcance tan extenso que tiene el género y el número elevado de adeptos que, en este terreno, el artista ha conquistado. Pero el currículum de Ares comprende al creador más versátil y al investigador más acucioso. Pintor, dibujante, ilustrador, cartelista, artista visual en su sentido más amplio y uno de los estudiosos más comprometidos con el humorismo gráfico cubano, son desempeños que encuentran un lugar común en la presente publicación.

Como compilador de su propia obra, el artista realiza una suerte de “cuaderno de bitácora” –visual y escrito– llevado a rango editorial, donde organiza y sistematiza un período de fértil producción dentro de su carrera, inscrito entre los años 2012-2018. A esta etapa pertenecen obras, series y exposiciones como En proceso; Primeros planos, primeras planas; Intra corpora; Tocar Madera; Todos esperan un FLY; Galaxia Habana o Hasta que se seque el Malecón, las cuales Arístides presenta con rigor metódico, de modo que propicia, para sí mismo y para el lector, la conformación de una mirada integral y coherente sobre su quehacer creativo.

En sucintas palabras que acompañan el tesauro visual, cuya autoría es diversa (Antonio Fernández Seoane, Rufo Caballero, Odette Bello, Nelson Herrera Ysla, María de los Ángeles Pereira, Adelaida de Juan), se reconoce una producción con indagaciones que transitan por lo comunicacional, lo popular, lo social, lo histórico, lo estético en un sentido aglutinador y expandido.

En resumen, se trata de un empeño compilatorio que el artista ha entendido como la posibilidad de reconocerse, de “retomar propuestas y plantearse nuevas líneas de creación” –pretensiones en las que la obra resulta, sin dudas, revitalizada.