“Si la memoria no me falla”, es el título del libro presentado recientemente por el artista cubano Ángel Delgado, que reúne una amplia cantidad de dibujos, cartas y documentos vinculados a ese periodo dramático de su vida (década de los noventa) en el que cumplió prisión injusta dentro de Cuba, como consecuencia del performance que realizó en la exposición “El objeto esculturado” (La Habana, 1990).
Esta importante edición se produjo con el auspicio de Rialta Ediciones (Santiago de Querétaro. México). En ella participó también como coordinador Carlos A. Aguilera (serie Fluxus), y contó con el apoyo del proyecto INCUBADORA.
El libro incluye un enjundioso artículo del reconocido crítico de arte Gerardo Mosquera, en el que se evalúa la circunstancia específica en la que Ángel Delgado desarrolló su acción performática, las consecuencias que ese hecho acarreó para la cultura y el ámbito artístico cubano, y cómo esta particular acción contestataria se interrelaciona con otros antecedentes equiparables en cierto sentido y con la historia del arte cubano contemporáneo en general. También aparece una extensa entrevista que le hace Carlos A. Aguilera al artista, en la que se documenta en detalles todo lo sucedido con Ángel desde que fue detenido en mayo de 1990, su experiencia de vida y creación dentro de las prisiones, y su liberación seis meses después.
Arte “Preso” (fragmento)
Por Gerardo Mosquera
El “performance” de Ángel se va convirtiendo en uno de los mitos underground del nuevo arte cubano, a pesar del silencio a su alrededor en la prensa, las publicaciones y las aulas. Alberto Casado le dedicó uno de sus mejores conjuntos pictóricos, exhibido recientemente en Espacio Aglutinador, galería que llevan en su pequeña vivienda los artistas Sandra Ceballos y Ezequiel Suárez. Sin embargo, la dura represión que sufrió el artista ha pasado inadvertida. Esta irresponsabilidad subraya nuestro poncio-pilatismo, e implica una aceptación tácita. Lo implacable y desproporcionado del castigo resalta hoy con la discusión acerca de los agresivos performances de los rusos Alexander Brener y Oleg Kulik. A pesar de las críticas recibidas por el carácter destructivo de las acciones, a nadie se le ocurriría meter a los artistas en la cárcel. Respondiendo a las «alarmantes indicaciones de intolerancia ideológica» despertadas por estos performances, Giancarlo Politi ha recordado que «el arte ha sido a veces el territorio de la transgresión y la libertad. Y los artistas a veces han sido críticos iracundos y radicales de la sociedad y sus instituciones».
Seis meses de cepillo, jabón y cold cream. Entrevista a Ángel Delgado (fragmento)
Por Carlos A. Aguilera
Para terminar, la pregunta que quizá debió haber ido al principio de esta entrevista: qué pasó por tu cabeza entre el día 4 de mayo 1990, cuando realizaste el performance en El objeto Esculturado, hasta que fuiste detenido en tu casa el día 10 de mayo 1990. ¿Te arrepentiste en algún momento? ¿Te cuestionaste a ti mismo por la intervención político-fecal? ¿Pensaste en huir de tu casa o incluso del país?
Para empezar, desde que estaba realizando el performance pensé que algún agente de la seguridad me detendría, estaba consiente que eso me podría suceder, pero no pasó. Años después supe por una conversación privada con Alexis Somoza que en la planta baja del CDAV, agentes policiales alertados por alguien, pretendían impedir por la fuerza la continuación de la acción, está la maniobra policial, no ocurrió debido a las sugerencias dadas por Alexis, que persuadió a Beatriz Aulet directora del CDAV, esgrimiendo como argumentos, que la acción policial convertiría lo que estaba sucediendo artísticamente en un escándalo político no recomendable para el evento expositivo, lo que se reafirmaba con la presencia en la institución de funcionarios de la entonces Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana y varios periodistas de agencias extranjeras, ante esta realidad es que la funcionaria percibió lo delicado del ambiente que podría estallar allí, y solo entonces, cambio de actitud, e influyó para que se detuviera la acción policial.
Después de terminar mi performance, entonces pensaba que seguramente la policía me detendría al salir del lugar, cosa que tampoco sucedió. Comenzaron a pasar los días y existía una aparente pero extraña tranquilidad, cuando un día la presidenta del CDR le comunica a mi madre que habían ido a preguntarle por mí y las razones, hasta ese entonces es que mi madre se entera de lo que yo había hecho, también se entera mi padre y ambos me comentan que seguramente tendré problemas. Unos dos días más tarde fui citado a las oficinas de la dirección de Cultura de Playa a la cual pertenecía por ser profesor de artes plásticas de Casa de la Cultura de Playa (al mismo tiempo era estudiante del ISA en el curso de trabajadores) en esta reunión se me comunica que era despedido de mi trabajo por problemas ideológicos y faltas a la moral, entre otras cosas que no recuerdo.
Ya por esos días yo suponía que vendrían por mí en cualquier momento, y así pasé unos días sin salir de casa (nunca pensé en huir o irme del país) hasta que el día 10 de mayo, es decir 6 días después del performance, aproximadamente a las 10 de la noche, tocan en la puerta de mi casa, mi madre abre la puerta, y era un policía, este le pregunta por mí, yo salgo de mi cuarto y me dirijo a la puerta, entonces me informa que seré detenido bajo investigación, le pregunto que si tiene una orden de arresto y solo me contesta que debo acompañarlo en ese momento, bajamos las escaleras de mi casa y ahí me esperaba otro policía en una patrulla la cual me conduce a 100 y Aldabó (Villa Marista), obviamente fue una detención ilegal, sin orden de arresto.
Para terminar, debo decir que en ningún momento pensé que mi acción me llevaría a prisión, siempre pensé que se quedaría en una advertencia o una multa, pero no, el poder político decidió aplicar toda su fuerza para condenarme rápidamente y convertir aquello en un caso ejemplarizante. Sin embargo y a pesar de lo duro de la condena y mi estancia en prisión nunca me arrepentí ni me arrepiento de mi acción-protesta y en defensa de la libertad de expresión y creación.
(Fotos del libro cortesía de Ángel Delgado)
El libro puede ser adquirido en: