Por David Mateo
(Fotografías Laura Capote)
Artcrónica ha participado en cuatro ocasiones como prensa acreditada en la feria ZⓈONAMACO. Aunque hemos obtenido y publicado una buena cantidad de testimonios de artistas, galeristas y coleccionistas participantes, estábamos interesados también en entrevistar a una de las coordinadoras principales de la feria, la Historiadora de arte y curadora cubana Direlia Lazo, quien ha estado desempeñándose como directora artística desde el año 2024.
Mientras realizábamos nuestro trabajo de cobertura en la edición 2025, nos encontramos con Direlia Lazo por los pasillos del recinto Citibanamex y le expusimos nuestro interés de dialogar con ella acerca de su responsabilidad específica en el evento; y apenas dos días después estábamos reunidos en el salón de prensa desarrollando la entrevista…
Artcrónica: Direlia ¿Cómo fue tu arribo al ámbito artístico mexicano y a la feria ZⓈONAMACO en particular, donde te has convertido en una de sus principales coordinadoras?
Direlia Lazo: Vine por primera vez a México con la galería Nogueras Blanchard para participar en ZⓈONAMACO en el 2013. Presentamos un solo show del artista croata David Maljković, dentro de la sección curada por Pablo León de la Barra.
Posteriormente Taiyana Pimentel me invitó a ser curadora de La Tallera, donde trabajé casi un año. Luego me mudé a Miami, y en 2021, Juan Canela me invitó a participar en una edición muy especial de ZⓈONAMACO, marcada por el reto de ser la primera después de la pandemia. En esa ocasión, curamos una feria expandida que se extendía más allá de los límites tradicionales: activamos espacios como las galerías participantes, la Casa Ortega de Luis Barragán y áreas verdes, integrando un programa de performances. Fue un proyecto muy interesante porque respondía a ese momento de apertura y exploración, y todo lo exhibido estaba a la venta directamente en las galerías. Para mí fue una entrada muy natural a la feria, ya que venía de trabajar en Miami con proyectos de site-specific y performances en Faena Art. Después de esta edición, Canela me propuso pensar juntos en una nueva sección que combinara las secciones jóvenes, y es así que surgió Ejes. Curé esa sección durante dos años, enfocándose en proyectos experimentales y propuestas frescas.
En cuanto a mi llegada a la dirección artística, es importante mencionar que este es un cargo rotativo; cada tres o cuatro ediciones se nombra a un nuevo director. Cuando Juan completó su ciclo, fui una de las personas consideradas para el puesto. Recuerdo la emoción que sentí al saber que me estaban considerando. Tuvimos una reunión para compartir visiones y enfoques, y poco después, me ofrecieron oficialmente la posición. Desde entonces, trabajo muy estrechamente con Zélika García, fundadora de la feria y la mente visionaria detrás de ZⓈONAMACO, cuya pasión y enfoque han convertido a la feria en un referente clave para el arte en América Latina.
Artcrónica: ¿Cuál es el rol de un director de arte en un tipo de feria con la proyección internacional de ZⓈONAMACO?
Direlia Lazo: Una de mis principales responsabilidades es formar el equipo curatorial, porque armar una feria no es tarea de una sola persona. Cuento con colegas valiosísimos a mi alrededor, y para mí es fundamental que quienes curan las secciones conozcan a fondo lo que está ocurriendo en el arte de la región. Por ejemplo, Bernardo Mosqueira, curador de la sección Ejes por segundo año consecutivo, es director del Institute for Studies on Latin American Art (ISLAA) en Nueva York y de Solar dos Abacaxis en Río de Janeiro, con una fuerte conexión con el panorama artístico latinoamericano. Manuela Moscoso, curadora de la sección Sur, es directora del Center for Art, Research and Alliances (CARA) en Nueva York y también curadora de la Segunda Bienal das Amazônias. Además, contamos con Luis Graham, curador, investigador y escritor a cargo de ZⓈONAMACO Foto; Esteban King, curador e investigador en ZⓈONAMACO Moderno; y Alfonso Miranda, historiador y director del Museo Soumaya. Es decir, hay todo un comité y un equipo curatorial que me apoya muchísimo.
Mantengo un diálogo continuo con ellos para definir qué galerías podrían ser relevantes para el contexto de la feria y qué propuestas pueden resonar. Más allá de abrir el mercado mexicano a estas galerías, buscamos generar sinergia. No se trata solo de mostrar lo que está pasando, sino de construir continuidad, porque el mercado se desarrolla con el tiempo, a través de varias ediciones y fomentando puentes con el coleccionismo mexicano. También trabajo directamente con el Comité de Selección, integrado por galeristas, revisando juntos las propuestas para elegir quiénes participarán en la Sección General de Arte Contempoáneo en cada edición. Los meses previos a la feria son de intenso trabajo: mucho networking, visitar galerías en sus propios espacios y recorrer otras ferias relevantes para descubrir qué galerías están marcando la pauta en sus contextos y podrían enriquecer nuestro panorama. Ese es, más o menos, mi trabajo antes de la feria. Una vez que abre, es como si viviera en otro cuerpo: estoy a mil, recorriendo pasillos, atendiendo mil cosas a la vez, pero siempre con la mirada atenta y muy pendiente de todo lo que sucede en esos cinco días. Aprovecho para destacar al increíble equipo de la feria, formado por personas maravillosas y apasionadas. Sin ellas, este esfuerzo titánico de meses de trabajo, condensado en los cinco días que todos ven, simplemente no sería posible.
Artcrónica: ¿Y qué enfoque o estrategia novedosa has logrado aportar a ZⓈONAMACO desde tu responsabilidad como directora de arte?
Direlia Lazo: A mí me interesan especialmente los premios y los diálogos institucionales dentro de las ferias de arte. Sin duda, el mercado es un motor fundamental para impulsar lo que sucede, pero creo que el vínculo con las instituciones es clave para dar proyección y continuidad al trabajo de artistas y galerías. Justo ahora salí de una charla donde invitamos a curadoras de colecciones institucionales, como las del MACBA (Barcelona), el MAM (Medellín) y el MUAC (Ciudad de México), para hablar sobre los procesos de adquisición de las colecciones institucionales y explorar cómo acercar más a las instituciones a la feria. Para mí, uno de los logros más importantes en estas últimas ediciones ha sido incrementar el número de premios: de adquisición, residencias y producción. ZⓈONAMACO ya contaba con algunos premios icónicos, como el Premio 1800, que apoya a artistas mexicanos, o el premio de residencia de Casa Wabi. Pero ahora tenemos cerca de 10 premios, lo que representa un crecimiento importante y es fruto de esos diálogos institucionales.
También reconozco que he tenido la suerte de coincidir con un momento excepcional para México. El país está en el centro de la escena artística global: hay una energía vibrante, las galerías mexicanas están creciendo, y curadores y artistas nacionales están ocupando espacios clave en museos y bienales internacionales. La Bienal de Venecia, por ejemplo, fue decisiva para consolidar ese momento que vive la región. Este ciclo de expansión, de renacimiento, siento que ha acompañado mi trabajo en la feria. Y es emocionante ver cómo ZⓈONAMACO se ha convertido en parte de la vida cultural del país. Me encanta cuando tomo un Uber y, al decir mi destino, el chofer responde: Ah, usted va para Maco. Esa cercanía, ese reconocimiento más allá del mundo del arte, es algo que me ilusiona profundamente.
Artcrónica: Como nuestro perfil editorial hace énfasis también en el arte cubano, te hago ahora una pregunta ineludible… ¿Cómo valoras la presencia del arte cubano en las últimas ediciones de ZⓈONAMACO y en esta en particular del año 2025?
Direlia Lazo: En cuanto al arte cubano, esta edición es especialmente significativa porque refleja la diversidad de su escena actual, dentro y fuera de la isla. Hay artistas cubanos representados por galerías mexicanas, alemanas, italianas, galerías de Miami que representan artistas radicados fuera de Cuba, y galerías de La Habana.
Por ejemplo, puedes encontrar a Alejandro Piñeiro representado por Pace (Nueva York, Londres, Tokio), a Alexandre Arrechea con LnS Gallery (Miami) y a Wilfredo Prieto con Kurimanzutto (México). También participan Alejandro Campins y Carlos Garaicoa con Galería Continua (San Gimignano, Beijing, Sao Paulo, etc), Enrique Martínez Celaya con Galería Judin (Berlín) y José Bedia con Lyle O. Reitzel (República Dominicana), cuya obra está entre los nominados al Premio Erarta. También hay obras de Raúl Cordero con la galería Estéreo (Monterrey). En la sección Ejes, Dot Fiftyone (Miami) presenta obras de Hamlet Lavastida, y Galería Servando Cabrera (La Habana) apuesta por un solo show de Gabriela Reyna. Mientras tanto, en la sección Sur, puedes ver a Roberto Diago representado por Artizar. La presencia del arte cubano va más allá de la feria, Claribel Calderius con un solo show en la galería Alejandra Topete (México), donde también se pueden ver obras de Ernesto García. Seguramente me estoy olvidando de otros nombres, pero creo que este recorrido es un reflejo de lo que está ocurriendo en el arte cubano actual. Me hace ilusión que todo esto ocurra aquí, en ZⓈONAMACO, de forma orgánica y horizontal, gracias a la apuesta de muchas galerías que, desde distintos ángulos, están expandiendo el diálogo sobre el arte cubano.