Nico van der Endt
En las décadas de los años 1960 y 1970 hubo un auge notable del interés por el Arte Naif. Se hicieron muchas publicaciones sucesivamente y un público más amplio se puso al corriente. En la década de 1990 ocurrió lo mismo, pero esa vez con el Arte Outsider y el Art Brut. Otra vez un caudal de talento de variada calidad se dio a conocer y la prensa, los museos y las galerías mostraron formas de arte visual que liberaban el dominio privado del artista y sorprendían al espectador con su estilo penetrante. Mientras que el Arte Naif todavía puede verse de manera tradicional como un procesamiento de una realidad acogedora, a menudo experimentada en la juventud (reflejadas en los pensamientos personales y los sentimientos), el artista Outsider muestra más un paisaje interno, marcado por radicales experiencias personales. A los artistas Naif y Outsider se les puede ver como complementos uno del otro. Aunque, de hecho, hay muchos artistas que abarcan ambas orientaciones y se las arreglan, ya sea para matizarlas o alternar entre ellas. (Ejemplos: Séraphine, Willem van Genk, Nikifor).
Si es imposible definir al Arte Naif o al Art Brut, debido a la naturaleza personal de su expresión, entonces sería imposible definir la categoría en la cual ambos términos podrían integrarse. Uno puede percibir una conexión y un motivo compartido, pero los límites no son bien percibidos. Y parecen mantenerse cambiando de posición. Esencialmente, hablamos aquí del arte de personas autodidactas, no entrenadas, cuyas circunstancias a menudo se traduce en que, hasta solo de modo tardío en sus vidas, se inician en el arte visual. Por consiguiente, muestran una falta de interés en las implicaciones intelectuales al crear arte. De hecho, uno puede afirmar junto con Michel Thévoz, que el arte al margen[1] “no hace un paréntesis entre el estilo de un niño y el estilo de un adulto” y que, por cierto entre los dos estilos, “no tiene identidad sino una continuidad”.[2] Esto despeja el camino a un estilo completamente individual y crea un grado de reconocimiento para el arte al margen. Un cierto infantilismo se aferra al estilo personal del artista no entrenado. O al “hombre de pueblo”, como Jean Dubuffet diría, lo cual funciona como la conexión antes mencionada, que produce un estilo más “natural”. El “infantilismo” deliberado, que se puede encontrar en el trabajo de artistas con formación académica como Paul Klee y Karel Appel, carece de informalidad y de lo inequívoco: crean una atmósfera de ironía (Klee) o de provocación (Appel). En ese caso, el arte es una reacción al arte y esto, para muchos historiadores de arte, permanece como una condición para el arte “verdadero”.
Pero, ¿qué es real? ¿Y qué es el arte? ¿Queremos solo proclamar como el arte al análisis o a la crítica de arte (implícita o explícitamente) mientras la humanidad se mantiene rezagada? ¿O queremos descubrir una personalidad que nos conducirá a cuestionar no solo la esencia del arte y del artista sino también a la propia humanidad? Estas preguntas deberían inducir a la comprensión y a la tolerancia, así como también a promover la creencia en la posibilidad de un mundo alternativo mejor. En el Arte Naif es posible a menudo identificar un sueño del paraíso perdido, una idea arquetípica, una expresión del deseo universal por un mundo justo: el que además ha sido deseado por los grandes filósofos (Kant) o los poetas (véase Schiller con la oda “An die Freude”). Este deseo también puede ser encontrado dentro de la imagen, a veces menos acogedora, de un mundo creado por los Outsiders, donde vemos más una rebelión en contra del orden social existente, dentro del cual a menudo ellos no encajan.
Y esto es todavía primordialmente todo acerca de la forma. El arte es diseño, pero un diseño con un significado. El arte al margen solo puede ser de valor si le añade algo a lo que ya existe. Y no si meramente repite, de la misma manera que es para todo el arte. La repetición es el sello distintivo del amateurismo, el que se vale de sistemas visuales que ya han encontrado su nicho en la historia del arte. En los turbulentos años de la década de 1990, una buena cantidad de trabajos realizados por artistas con discapacidad mental (y por pacientes psiquiátricos) fueron presentados como Arte Outsider: aunque son –más bien– ejemplos de arte contemporáneo. O de arte amateur, que ha sido promovido por organizaciones sociales por diversas razones sociales. John McGregor, autor de “El Descubrimiento del arte de la Locura”, decía sobre el tema: “Parece probable que es solo en individuos con retraso mental, cuya discapacidad intelectual se complejiza por formas más extrañas y extremas de su experiencia interna respecto a distorsiones o modificaciones extensivas de la realidad cotidiana (clínicamente interpretado como la prueba de psicosis), en los cuales podemos encontrar las manifestaciones artísticas más extremas y extrañas que asociamos con el Outsider Art”.[3] El valor formal del Arte Naif y el Outsider Art recae en su inventiva y su intensidad. Por inventiva se entiende la forma personal en la cual un artista configura su propio mundo, creando así una expresión que tiene poco que ver –o ninguna relación– con los estilos artísticos existentes. La intensidad, la cual es experimentada por muchos, se puede ver como el resultado de la obsesiva fijación sobre una materia, algo que se encuentra tanto en el trabajo de artistas Naif como Outsider.
Finalmente es necesario hacer notar que muchos amantes del Arte Naif tienen dificultad para entender y apreciar las expresiones de artistas discapacitados y “perturbados”. Ellos añoran en esas obras la poesía conmovedora de la vida diaria y los ensueños cándidos, que tanto caracterizan al Arte Naif. Por otra parte, los aficionados puros del Arte Outsider tienen menos aprecio hacia el Arte Naif mientras más se acerque al histórico arte convencional. El genio de Henri Rousseau, cuyo trabajo le recordó a un crítico contemporáneo algo demasiado de dibujo infantil, podría poder convencerlos de manera distinta. En todo caso, es un hecho que la naturaleza del arte varió profundamente en el siglo XX. El mundo ha experimentado cambios profundos. Y todo arte de valor es un reflejo de esto. La meta del arte ya no es la creación de belleza. “La belleza se ha quemado la cara”, dijo el poeta y artista holandés Lucebert, alma gemela de COBRA.[4] El arte es ahora todo acerca de la creación de significado. Pero un “significado” que va más allá de los intereses de la teoría del arte y del placer estético. Y que tiene importancia para la humanidad y la sociedad. En este sentido, los incontables movimientos del siglo XX –Constructivismo, Arte Povera, Fluxus, los Situacionistas– han intentado acercar más a la vida y al arte. O, incluso, integrarlos. Los artistas Naif y Outsider de modo involuntario sirven como ejemplo de esto, ya que más o menos no reconocen una línea limítrofe entre el arte y la vida. Aquí, el arte está asociado –de forma directa– a la vida diaria y personal. Aquí, la Musa se ha vuelto simplemente humana.
Abril de 2004.
(Traducción del original en inglés por Eduardo Digen Bolet y Derbis Campos Hernández).
Nico van der Endt (Países Bajos, 1941). Fundador de Galerie Hamer, galería situada en Ámsterdam, Holanda. A partir de 1971 esta galería se especializó en arte naif y luego, desde 1975, en Outsider Art. Ha sido un especialista en este tipo de arte desde entonces y a él se debe el término “arte singular”. Es autor de varios libros, entre los cuales vale mencionar: Nederlandse Naïeve Kunst (1979; junto a Joop Bromet), Amsterdam Naïeve/ Amsterdam Naive (1987) y Lexicon Nederlandse naïeve kunst van de twintigste eeuw/ Lexicon of Twentieth-Century Ducht Naïve Art (1995). De igual manera ha escrito numerosos artículos y ensayos. Ha participado como jurado en prestigiosos eventos sobre el tema, como el Insita Triennial, en Bratislava, entre 1994 y 2010.
- El autor utiliza el término marginal art, cuya traducción literal sería: arte marginal. Sin embargo, el adjetivo “marginal” en nuestro contexto nacional supone una carga social peyorativa y preponderante sobre el resto de sus diferentes significados o acepciones. Uno podría ser: al margen de un límite establecido, al cual se refiere el autor. Por tal motivo, traducimos el término así: arte al margen. [Nota de los traductores]. ↑
- Michel Thévoz: Art Brut, psychose et médiumnité. La Différence, París 1990, p. 70. ↑
- John McGregor y Dwight Mackintosh: El niño que olvidó el tiempo. Oakland, 1992, pp. 15-16. ↑
- COBRA (o CoBrA) fue un movimiento europeo de arte de vanguardia activo desde 1948 a 1951. El nombre fue acuñado por Christian Dotremont a partir de las iniciales de las ciudades de origen de sus miembros: Copenhague (Co), Bruselas (Br), Ámsterdam (A). Su método de trabajo se basaba en la espontaneidad y el experimento. Se inspiraron especialmente en los dibujos realizados por niños y pacientes con enfermedades mentales, en las formas de arte primitivas y en la obra de Paul Klee y Joan Miró. ↑