Lo que pasa cuando no pasa nada
¿Cuáles son las mediaciones que entran a funcionar para que la ciudad, como ente en permanente construcción, modifique y se modifique en un camino de doble vía con sus habitantes? Ese parece ser el leitmotiv de Ejercicios de natación al aire libre, exposición que forma parte de las colaterales de la Bienal de La Habana y que estará abierta al público hasta el 2 de mayo en la galería del Centro Cultural “Fresa y Chocolate”. La muestra, curada por Gabriela Román y Miguel Rey, quienes también intervienen en parte de los trabajos expuestos junto a Lisett Ledón, Ricardo Martínez y Sunjong Lee, funciona a partir de pequeñas incisiones o gestos, en los que se mezclan y confunden tiempos y espacios para complejizar las tensiones entre representación y realidad, entre lo público y lo privado.
A primera vista, llama la atención el nylon negro que, desplegado desde el techo divide la sala y contiene una suerte de statement que resume el modo de ejecución que predominó en los Ejercicios (obras). Se trata de una exposición donde la fuerza del texto cobra relevancia, como anuncia su declaración, se juega a que las palabras trasciendan su marco de acción, que sean más gestuales, o corporales si se quiere. Las palabras protagonizan, por ejemplo, dos obras (Ejercicio 1) articuladas alrededor del concepto Espacio: si el espacio no está apropiado, hay que marcarlo. Esta necesidad está presente además en el trabajo de Sunjong Lee, la artista norcoreana invitada. Con sus fotos, Lee se ubica y ubica a los demás en un contexto en donde el trayecto, más que los lugares en sí mismos, configura la experiencia de la ciudad; para ello se apropia de imágenes ajenas y las “marca” con pequeñas notas que buscan dejar constancia de lo transitorio.
La exposición también cuenta con instalaciones sonoras de Ricardo Martínez (Ejercicios 3 y 5), que generan otro tipo de experiencia en torno al modo en que nos relacionamos con un espacio. Destaca Presencia, una instalación ubicada en el baño, que produce un sonido de alta frecuencia en principio imperceptible, pero que progresivamente se vuelve insoportable. ¿En qué momento nos comienza a molestar y cuando nos adaptamos a un estadio de “convivencia obligada”?
Por otro lado, como parte del Ejercicio 4 se intervinieron las vitrinas del Ten Cent de 23 y 10, con espejos en los que podía verse el texto “Lo que pasa cuando no pasa nada”, fue en un intento por captar la trama inexistente y la ilusión de que unos hilos fantasmas mueven y dan sentido a la vida de la ciudad. Lamentablemente esta instalación fue retirada, sin embargo puede verse en un video dentro de la Galería, completando así el adentro-afuera que detonó la ejecución de estos ejercicios.
Redacción Artcrónica