Complejo debió resultarle a Mario Karbel encontrar la modelo propiciatoria que lo inspirara en su gran cometido de realizar una escultura monumental que presidiera la colina universitaria, allá por los inicios del pasado siglo.
De origen judío y radicado en Cuba, Mario Joseph Korbel (Osek, 1882-Estados Unidos, 1956) debía concebir un Alma Mater que simbolizara a Palas Atenea o a Minerva, diosas de la sabiduría en la mitología griega y romana, respectivamente. Buscando conferir a su obra un referente más cercano a la identidad insular, llegan a sus oídos comentarios sobre las hermanas Villalón, renombradas en la sociedad habanera de la época por su impresionante belleza.
Luego de visitar la familia, Korbel escoge a Feliciana (Chana) Villalón, joven de 16 años de la que tomaría el rostro, la cabeza y el cuello. La muchacha era una de los cinco descendientes del teniente coronel del Ejército Libertador, ingeniero José Ramón Villalón y Sánchez (1864-1937).
Para el resto del cuerpo de la escultura posó otra criolla mestiza de constitución madura y sólida, que no ha sido posible identificar. Algunos asumen que fue Longina –inmortalizada por la famosa composición de Manuel Corona–, otros afirman que se trata de La Macorina –la primera mujer chofer de Cuba, pionera también en obtener la licencia de conducción–, y no faltan quienes aseveran que fue Eva María Perdomo, otro famoso personaje de la época.
Lo cierto es que esa madre bondadosa que recibe con los brazos abiertos a todos los hijos que deciden ligar su suerte a la sabiduría y el conocimiento es el fruto de la mixtura racial y social. Rostro delicado y angelical que el artista remata en formas sensuales y provocativas. Un acople de atracciones dispares que debieron estimular al artista en su búsqueda de inspiración criolla.
La Universidad de La Habana es el centro de altos estudios más antiguo de Cuba, y uno de los primeros de América Latina. Fundada en 1728 por frailes dominicos pertenecientes a la Orden de Predicadores como Real y Pontificia Universidad de San Gerónimo de La Habana su primer emplazamiento se ubica en el antiguo Convento de San Juan de Letrán.
Para mayo de mayo de 1902 comienza el traslado de la Universidad a la Colina de Aróstegui, conocida también como la “Loma de la pirotecnia”, y ubicada en el Vedado. Diecisiete años más tarde se emplaza por primera vez su Alma Mater, originalmente ubicada en un lugar indeterminado de la zona que hoy ocupa el Rectorado y la Plaza Ignacio Agramonte. Luego de ser modelada por Korbel sería ejecutada por la compañía Roman Bronze Works de Nueva York.
No fue hasta fines de 1927 que la escultura fue situada donde la vemos actualmente, en su pedestal de cemento y piedra obra de los arquitectos cubanos Evelio Govantes Fuertes y Félix Cabarrocas Ayala, a la sazón contratistas universitarios y autores de otras instalaciones dentro de la casa de altos estudios. La Escalinata quedaría terminada el 17 de enero de 1928 y consta de 88 escalones con cuatro tramos de descanso.
La locución Alma Mater era usada en la Antigua Roma para describir a la diosa madre y, más tarde, a la Virgen María, pero el origen de su uso actual es el lema «Alma Mater Studiorum» (madre nutricia de los estudios) de la universidad más antigua del mundo occidental en funcionamiento ininterrumpido: la Universidad de Bolonia, fundada en 1088.
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