El artista plástico venezolano Carlos Cruz-Diez, considerado el padre del cinetismo, falleció este sábado en la ciudad de París, Francia, a los 95 años de edad. La información fue difundida por el Atelier Cruz-Diez a través de un comunicado en el que se especifica que “los homenajes serán realizados en la estricta intimidad de la familia”.
Sus investigaciones y propuestas han aportado al arte una nueva comprensión del fenómeno cromático, convirtiéndolas en una de las más importantes del arte cinético. Logró demostrar que el color, en interacción con el observador, se convierte en una realidad autónoma que existe sin ayuda de la forma o necesidad de un soporte.
En sus más de 70 años de carrera artística, Carlos Cruz-Diez abarcó ocho investigaciones sobre la autonomía del color; realizó más de cien integraciones de arte en el espacio público y sus obras forman parte de las colecciones permanentes del Museum of Modern Art (MoMA), Nueva York; Tate Modern, Londres; Centre Pompidou, París; Museum of Fine Arts, Houston, Casa de las Américas, La Habana, entre otros.
Fundó tres talleres de arte: en Caracas, París y Panamá; la Cruz-Diez Art Foundation, en Houston y recibió la Legión de Honor (Légion d’Honneur), la condecoración más importante que otorga el gobierno de Francia, entre otros invaluables premios y reconocimientos.
Cruz-Diez sostuvo una sostenida relación con Cuba, y especialmente con Casa de las Américas. Para el aniversario 40 de la institución el artista donó Inducción cromática para La Habana, instalación emplazada en la intercepción de las calles Zapata, Carlos III y Avenida de los Presidentes. Memorable resultó también su personal El Rojo, el Verde y el Azul, que desplegara durante 1999. Sus obras se exhibieron también diez años después, durante el Año Cinético de Casa (2009-2010).
En Acontecer cromático, escrito por el artista a tenor de su personal en Casa, declara: “Explicando las bases y fundamentos de mi obra, trato de evitar equívocos y falsas interpretaciones que desvirtúen mi intención eminentemente plástica. Además, estoy convencido que el artista de hoy no puede ser un simple intuitivo. El arte de hoy, como ha sido el gran arte de todas las épocas, es producto de una meditación y de la elaboración de un concepto. Es la Información que sobre el mundo el artista ha podido recoger y transformarlo en testimonio. Mi propósito ha sido siempre el de un pintor y coma tal, veo el mundo que me rodea. Trato de aprehender de todas las cosas lo que de plástica pueda desatarse. Como todos los pintores de mi generación soy hijo directo del impresionismo, del cubismo, del fauvismo, del constructivismo, que fueron preocupaciones, postulados y definiciones pictóricas y dieron soluciones de pintor a la pintura. Hablo de estas cosas porque hay una tendencia generalizada a confundir el mundo de las ideas con el mundo de la plástica. Se hace pintura con ideas propias del mundo de la narrativa y de la Literatura en general, consecuencia del dadaísmo y el surrealismo. Estos movimientos, que en un principio infundieron un espíritu renovador al arte, con el tiempo han contribuido a que muchos pintores olviden su compromiso de pintor y el de revolucionar la pintura.”
“Soy investigador, soy un experimentador. La vida es un proyecto, cuando se acaba el proyecto se acaba la vida”, afirmó Cruz Diez en 2015 a BBC Mundo.
Isabel M. Pérez Pérez
Información de Internet y Casa de las Américas