Aunque el otorgamiento de premios y reconocimientos no supone un suceso irrefutable dentro de la praxis cultural contemporánea, lo cierto es que de alguna manera sirven de barómetro al pensamiento intelectual y a la proyección de políticas del sistema institucional de un país. Visto desde esa perspectiva, este ha sido un gran año para las féminas que se desempeñan en las artes visuales en Cuba.
Hace apenas unos días, el Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello anunció la entrega del Premio Nacional de Investigación Cultural correspondiente a la edición 2019. Las galardonadas resultaron Llilian Llanes, doctora en Arte, y María del Carmen Ariet García, doctora en Ciencias Históricas. Durante el pasado diciembre también se hizo público el otorgamiento del Premio Nacional de Artes Plásticas a Lesbia Vent Dumois.
Por su parte, dos meses atrás, Gretell Morell se alzaba con el Premio de Curaduría en la categoría de Exposición Colectiva, mientras en la de Exposición Individual recibían mención Meira Marrero y Niurka Fanego. Esta última, en adición obtuvo el Premio de Crítica “Guy Pérez Cisneros” en la especialidad de texto valorativo, a la vez que Caridad Blanco mereció Mención en la categoría de ensayo.
Los trascendentales aportes a la investigación científica que ha realizado Llilian a lo largo de su intensa carrera van aparejados de un ejercicio intenso y audaz, primero como Vicerrectora del Instituto Superior de Arte y luego como directora del Centro Wifredo Lam y de la Bienal de La Habana. Se trata, en su caso, de la implementación de una “ideología de resistencia” desde el compromiso, la experticia y la erudición.
Con una operatoria creativa que acude a temas cotidianos a partir de una figuración de corte expresionista, Lesbia ha desplegado paralelamente una extensa labor como pedagoga, gestora y curadora. Mixtura de pensamiento estético y práctica cultural que ha vivenciado la génesis y el ulterior desarrollo de muchas de nuestras apuestas plásticas de mayor reconocimiento.
Gretell, Meira, Niurka y Caridad encarnan estrategias equidistantes de la gestión investigativa, crítica y curatorial. Se trata, en todos los casos, de vocaciones indagatorias rigurosas que conducen a la búsqueda de abordajes novedosos, profundos, inéditos acerca de la producción simbólica de la isla y sus problemáticas fundamentales.
El azar concurrente o la tácita evidencia. Lo cierto es que este ha sido un gran año para las féminas en las artes visuales.
Isabel María Pérez Pérez