Octavio Irving muestra su trabajo reciente en Artis 718. Uno de los artistas cubanos más activos en el universo virtual durante estos meses de confinamiento, también debió dejar su exposición personal en stand by y solo retomar lo presencial ante las flexibilizaciones que suponen la “nueva normalidad”.
Lo cierto es que merece la pena llegarse a esta galería de Miramar, y retomar ese encuentro que nos propone Irving con los espacios circunscritos. El artista, una vez más recurre a la ciudad y sus contextos para vehiculizar una reflexión estética que opera, siempre en su caso, desde la experimentación técnica.
De acuerdo al texto de presentación de Maikel Rodríguez Calviño: “Estamos ante un conjunto de paisajes de los que escapar para, automática y paradójicamente, regresar a ellos. Las edificaciones representadas en gran parte de las piezas nos resultarán muy conocidas: viejos preuniversitarios en desuso, la habanera Plaza de la Revolución y sus inmuebles más representativos… En otras, la presencia de lo arquitectónico se fundamenta en la sencilla referencia, en el discreto simbolismo, tal y como ocurre en los trabajos sobre lienzo y papel, así como en algunas instalaciones”.
Adviértanse las apelaciones lingüísticas que Irving nos impone a lo largo de toda la muestra, que desde su propio título proponen un recorrido semántico trazado desde la dicotomía entre el español y el inglés. Una realidad perfilada desde la lengua materna que propone deconstruir lo propio desde la perspectiva del “otro”. Memoria y presencia, fuga y reconexión esbozados desde un registro sistémico de colores y texturas ensayadas en medios, soportes, y apelativos de naturaleza dispar.
Especial para Artcrónica
Información e imágenes cortesía del artista