Oscar Rodríguez presenta en su ciudad natal Mística de lo inmóvil, una exposición que se integra al programa colateral del Salón de la Ciudad. Durante los próximos tres meses la muestra podrá visitarse en la Sala Internacional de la Cerámica D’Arte.
Se trata de la tercera entrega de cuatro sagas, donde el joven artista ha buscado mostrar una manera personal de asumir la desacralización de lo venerable: a partir de diferentes técnicas y puntos de vista. En esta oportunidad exhibe una colección de 25 piezas bidimensionales realizadas varias sobre tela.
Similar a sus predecesoras, las obras aluden a representaciones icónicas, separadas entre sí en la línea temporal, que carecen de una parte imprescindible de su estructura: la cabeza. Metáfora de negación y agresividad, equivalente a la antigua práctica bélica de decapitar a las efigies del bando perdedor, para eliminar de los anales de la historia el recuerdo de lo ultrajado –argumenta en su texto de presentación el crítico, pintor y pedagogo Guillermo Betancourt Díaz.
Por su parte, Oscar Rodríguez Jr. asegura que este acto de mancillar figuras cuasi sagradas, debería convertir a la obra en un objeto inerte, indigno de cualquier tipo de culto o devoción. Pero, a pesar de los esfuerzos, el público siempre distingue entre las manchas y la transgresión a la estatua/pieza representada.