Alfredo Sosabravo ha arribado a sus 89 años de manera segura, casi imperturbable. No hay mejor evidencia de ello que la sencillez, el sentido afable y la ética que lo ha conducido en su relación con el ámbito artístico; los numerosos creadores y especialistas que lo admiran; la evolución coherente que ha manifestado en su producción visual diversa. Muy pocos a su edad han sido capaces de sostener un ritmo creativo tan estable desde la multiplicidad de expresiones (grabado, pintura, cerámica, escultura); de continuar haciendo innovaciones técnicas y de mantener activa la capacidad de fabulación.
Esas fueron certezas compartidas entre el investigador Rafael Acosta de Arriba y la grabadora y pintora Lesbia Vent Dumois, quienes tuvieron a su cargo la presentación reciente del libro Sosabravo sobre papel, en el teatro del Museo Nacional de Bellas Artes; un nuevo proyecto de Ediciones Collage que se dedica a la documentación y el análisis de obras concebidas por Sosabravo en técnicas como la acuarela, la serigrafía, la tinta, el collage, y que ahora se hace público aprovechando el aniversario del destacado artista.
Pero también, en un contrapunteo respetuoso de ideas, los presentadores del libro ofrecieron otros matices sobre los fundamentos de la obra de Sosabravo. Rafael Acosta exaltó la condición lúdicra que ha caracterizado su trabajo, la cosmovisión ingenua, casi infantil, que le ha acompañado en todo momento; aspecto interrelacionado –según su criterio– con la exuberancia del colorido y con expresiones tradicionales como el comic, la historieta. Lesbia Vent Dumois, sin embargo, insiste en reconocer un carácter dramático en la imaginería de Alfredo, una figuración que revela dependencias directas del expresionismo alemán; un procedimiento personal apegado a la narratividad, al cuento, de donde extrae personajes y situaciones peculiares.
Yo he sido maestro de muchos de los que han llegado hoy hasta aquí (…) Soy un artista figurativo de los años 60 que sigue y seguirá trabajando hasta que pueda. En este libro está parte de la gráfica que he hecho. No toda, porque serían entonces varios libros, sino una buena selección, y agradezco a todos los que han colaborado en ella, declaró Alfredo Sosabravo al público presente en el auditorio.
Como parte de las acciones de homenaje, fue proyectado también el documental Sosabravo, su cuarta dimensión, de la realizadora Teresa Huerta; un material que resume en imágenes buena parte de su trayectoria artística, e intercala anécdotas, comentarios y análisis agudos de dos profesionales conocidos y amigos del maestro: Llilian Llanes y Reynaldo González.