El artista declara. Conversación con Luis Gárciga
David Mateo: Has sido uno de los artistas cubanos invitados de manera oficial a la XIII Bienal de La Habana, desde los proyectos colectivos ¿Qué obra has desarrollado para responder a esta invitación?
LG: Jababacoa, término que unifica las palabras jaba y Guanabacoa, es un proyecto que hice con un grupo madrileño que se llama Casita, que trabaja muy preocupado por todo lo que son las formas de trabajo y el mundo productivo. Desde el 2002 o 2003 ellos fueron pioneros en todas estas preocupaciones del arte por las prácticas laborales. Con Jababacoa nos propusimos recuperar la memoria de las mujeres que trabajaron en los talleres textiles que se fueron desmontando a partir del 2001 sobre todo, y tratar de alguna manera, o enlazar con la memoria histórica real desde el Museo de Guanabacoa. Hicimos un taller de costura dentro del Museo de Guanabacoa, donde estas mujeres, aproximadamente 30, venían a elaborar bolsas todos los días con material importado y que ellas traían.
A partir de ahí se rememoró todo el proceso desde antes hasta la vida actual de ellas. Todo el levantamiento que se hizo, a través de conversaciones porque creamos un ambiente de taller para conversar, todo ese contenido, digamos antropológico, extraído de esa experiencia ha ido a parar a dos soportes: uno que está en el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales, que tiene una visualidad en forma de maping espacial con proyecciones audiovisuales, todo sincronizado, y lo otro es este conversatorio que vamos a tener el día 20 en el Museo de Guanabacoa sobre Patrimonio industrial, textil en Guanabacoa, a partir de una visión de un profesor de Patrimonio de San Gerónimo, el historiador del archivo de Guanabacoa y nosotros desde el arte contemporáneo, más todas las mujeres que participaron en ese proyecto. O sea, hay un material audiovisual de 20 minutos muy diferente al display que hay en el Centro de Desarrollo, que se va a estar exponiendo en el Museo de Guanabacoa. Ellos dicen que lo van a estar exponiendo permanentemente en la sala, para mostrar ese pasado industrial de Guanabacoa, junto a los grandes tópicos de esa zona como la música y las prácticas afrocubanas.
DM: ¿Y cómo se conecta o intervincula este proyecto con la temática de la XIII Bienal?
LG: En relación con la Bienal de La Habana en este caso es muy interesante porque, para pensar el futuro de alguna manera, si ese es el pie forzado real del evento –habría que preguntárselo a los curadores– nuestro proyecto ensambla perfectamente, porque esa cierta nostalgia por un pasado industrial de alguna manera nos pone a pensar si realmente es la industria, mirando el contexto regional o mundial, donde sabemos todo lo que implica la industrial textil en relación a las mujeres y todo esto, si realmente ese es el futuro posible. Entonces la obra triangula entre diferentes elementos; uno de ellos es la tensión entre lo industrial y lo artesanal, otra cosa son los modelos productivos socialistas y capitalistas, y evidentemente desde el punto de vista emocional entre lo que es la nostalgia, la desidia…, algunas de ellas no tienen ganas de hacer absolutamente nada, y por otro lado también con la esperanza. Entonces yo creo que hemos hecho un levantamiento no solo del patrimonio material, sino también de todo lo que tiene que ver con el imaginario, con las subjetividades de esas mujeres en particular.
DM: ¿Y por qué Guanabacoa como territorio de intervención?
LG: He vivido toda la vida en Guanabacoa, y las madres de mis compañeros de clases iban a llevarle las meriendas con los pañuelos que utilizaban en los talleres textiles. Yo vi todo ese proceso y me parece además que no está siendo contado desde la perspectiva de ese cinturón de expansión industrial de la ciudad. Y creo que es un momento interesante para empezar a cuestionarnos que pasó al llegar el siglo XXI. No se trata de revisar décadas pasadas, sino que ya tenemos una perspectiva histórica que nos permite acercarnos… Y trabajar con este colectivo que tiene base en Madrid, en el que hay varios españoles, hay un argentino, y conmigo la representación de Cuba, consntuye un verdadero aprendizaje, a través del debate, sobre la posibilidad de un futuro en Cuba, La Habana y específicamente en Guanabacoa.
David Mateo