El artista declara. Conversación con Ricardo Miguel Hernández
DM: Estas participando en varias exposiciones colaterales de La XIII Bienal de La Habana. ¿Cuáles son y qué obras incluyes?
RM: Estoy participando en tres exposiciones colectivas a la vez. La primera se llama Una piedra en el zapato, bajo la curaduría de Elvia Rosa y producción de Jorge Gómez de Mello, en estudio DNasco que queda en Espada, entre San Lázaro y Jovellar, Centro Habana. Es una muestra muy bien curada, muy bien organizada por una de nuestras especialistas más prestigiosas. La segunda exposición es en galería Casa 8, en el Vedado, 8 entre 13 y 15, se titula Punto cero, con la curaduría de Yenisel Osuna y Joanna Luque. La idea era propiciar una revisión simbólica del inmueble que ocupa la galería desde el punto de vista espacial e histórico. Todos los artistas reunidos en ese proyecto hicieron un trabajo específico para responder al concepto de las curadoras. En esas dos exposiciones tengo trabajos que responden a un mismo presupuesto, pero se pueden dividir en dos partes. Incorporan los collages de las últimas obras que estoy haciendo. Básicamente, estoy comprando fotografías familiares y después creando, a partir de un archivo que genero, diferentes tipos de ensamblajes visuales. La tercera exposición es en el estudio de Nelson Ramírez de Arellano y se llama Aquí no se rinde nadie. La obra que presento en ese proyecto no tiene título, es una imagen de un metro por un metro, que reproduce el monumento al caballo de Simón Bolívar; una escultura a la que hace como tres años le fue cambiado el caballo por uno nuevo. El caballo anterior estaba en una pose de fatiga y ahora el nuevo está más vigoroso, relinchando, ese contraste me parecía que venía muy bien con la idea que Nelson estaba proponiendo.
DM: ¿En la selección que ha hecho cada curador para estos tres proyectos sientes que estás bien representado en cuanto a los conceptos o ideas que aborda actualmente tu obra?
RM: Sí, ha existido un link perfecto, un feeling increíble entre los curadores y yo. En un primer momento, antes que me invitaran a exponer en la XIII Bienal de La Habana, yo quería mostrar ciertas obras en las que estaba concentrado, y fue para mí impresionante que los curadores tuviesen suficiente tino para elegir piezas que estaban dentro de este periodo de trabajo… Estoy sumamente satisfecho con esa elección y mi presencia en las colaterales.
David Mateo