Bajo el genérico Del museo real al museo imaginado y con el reconocido artista Felipe Dulzaides como invitado especial, el Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana presenta una exposición que pretende cristalizar una vieja aspiración de artistas, gestores, curadores, instituciones y ciudadanía: la fundación en la Isla de un espacio museístico para lo contemporáneo.
La muestra se propone contribuir a la reflexión y el debate sobre estos temas; quizás también servir como catalizador de ese empeño largamente postergado. Conjugando diferentes visiones aportadas por cinco equipos de arquitectos cubanos -estudios Choy-León, U+D Arquitectura, A.R.O, AD Urbis, H(R)G_Arquitectura, Apropia y D Cero- el proyecto aboga por establecer “el concepto de que el primer objeto museable es su propia arquitectura; la cual jugará un papel destacado en el contexto urbano”.
De igual forma, el texto de presentación destaca “la concepción plural de los proyectos”, en coherencia con los lenguajes estéticos actuales, sin obviar los “desafíos y controversias” sobre la arquitectura de espectáculo asociada a los grandes museos.
El curador principal y también director del Museo Nacional, Jorge Fernández, comentó en su intervención como, a lo largo de la historia de la arquitectura, siempre ha ido de la mano de las bellas artes. Por tanto, nada asombra que se llame a “la madre de todas las artes”, como la nombrara en una exposición en su momento el arquitecto y crítico de arte Nelson Herrera Ysla. En este sentido, Del museo real… reconoce la labor del arquitecto como creador y destaca la urgencia de devolverle a esta disciplina su lugar histórico.
De acuerdo a las palabras de presentación de la muestra, también firmadas por Delia María Campistrous, subdirectora del Museo Nacional: “La forma en que se construyen los mega contenedores del arte en el mundo y la obsesión por el carácter simbólico de estas construcciones han generado no pocos cuestionamientos. Sin embargo, en nuestras visiones no pueden faltar aquellos proyectos que sigan el espíritu de los constructivistas rusos, ni las estrategias de la Arquitectura Radical de los 60, que apostó por el valor cultural intrínseco de la edificación por encima de la sujeción estricta a una determinada función, así como el papel dinamizador de estas obras para su contexto inmediato y para toda la ciudad.”
Del museo real… constituye un llamado de atención “para no abandonar la voluntad imperiosa que tenemos de crear el Museo”, pues el contexto indica que este tema es una necesidad impostergable.
Especial para Artcrónica
Imágenes cortesía de Estudios Choy