Comenzó diciembre con una extensa antológica en el Museo Nacional de Bellas Artes. La exposición, que se mantendrá abierta al público hasta abril de 2021, despliega el trabajo de Alexis Leyva Machado (Kcho) a través de 30 años de ejercicio creativo. Reúne piezas icónicas que el artista ha exhibido en muy diversos espacios de la geografía planetaria. En ningún lugar como en casa, de esta manera, propicia una lectura “globalizada” desde donde articular un sondeo a las recurrentes preocupaciones y motivaciones que han acompañado al artista a través del tiempo.
De acuerdo a las declaraciones del propio Kcho, se trata de una “selección casi quirúrgica” que busca completar a través del visionaje del cúmulo de piezas de diversa naturaleza una cartografía de las recurrentes estrategias discursivas del artista. Y continúa: “Yo me considero un viajero incansable, no solo en físico sino también respecto a lo mental. Un artista es un viajero, uno viaja todo el tiempo en la mente y crea cosas. Durante mucho tiempo no tuve un estudio, siempre trabajaba en aviones, hoteles, restaurantes, caminando por un bosque. Entonces, el estudio se ha hecho infinito y pensando en esto he buscado obras que retraten esas experiencias”.
Durante el acto inaugural, Corina Matamoros, curadora de la exposición, al referirse al diálogo con Cuba y sus circunstancias que Kcho ha establecido a través de su trabajo afirmó: “En ese diálogo se dejó deslumbrar por la isla como un todo, por el archipiélago de incontables islas más bien. Por las mareas y las costas, por las tierras que flotan, por la mutabilidad perenne de las cosas en un medio acuoso y movedizo. Pero fue sobre todo un hablar con las circunstancias concretas de un territorio, un tocar con las manos los entornos, los sucesos, las realidades de las gentes, los pormenores de muchas vidas”.
Graduado de la Escuela Nacional de Arte en 1990, Alexis Leyva Machado, Kcho (Isla de la Juventud, 1970) con solo 22 años realizó su primera muestra personal en el Museo Nacional de Bellas Artes, titulada Desde el Paisaje. Con ella consolidaba un paso más en su meteórica carrera que lo ha llevado a exhibir su trabajo en muchos de los más prestigiosos ámbitos artísticos del orbe: Centro de Arte Reina Sofía de Madrid; Museo de Arte Contemporáneo de los Ángeles (MoCA); Casa de las Américas, de La Habana; Museo de Arte Contemporáneo de Tokio; Fundación Pilar y Joan Miró, en Mallorca; Palacio de la Cancillería Vaticana, en Roma; Museo Ludwig, de Colonia; Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA); Centro de Arte George Pompidou y Galerie Nationale du Jeu de Paume, ambos en París; Museo Alejandro Otero, de Caracas… Bienal de La Habana; Bienal de Sao Paulo; Bienal de Kwangju, en Corea del Sur; Bienal del Fin del Mundo, en Ushuaia; Bienal de Venecia; Bienal Internacional de Estambul; Documenta de Kassel de Alemania; Bienal de Sidney, Australia; Bienal Barro de América, Venezuela…
Un artista altamente prolijo cuyas innegables contribuciones al arte cubano e internacional han signado eventos, exposiciones, presentaciones y que ahora, en casa, se reúnen como en ningún otro lugar en una lectura de entradas múltiples y complejas.
Especial para Artcrónica
Imágenes e información de Internet