Francis Naranjo. Gramática del cuerpo
Los antiguos griegos no tenían una palabra específica para designar el cuerpo como hoy lo conocemos. “En Troya, delante de los muros defendidos por Héctor y sus compañeros, no había cuerpos. Había brazos en alto, pechos valientes, piernas ágiles, cabezas bajo cascos relucientes…”, contaba Foucault en un programa radial en 1966 [1]. En Homero, curiosamente, la palabra “cuerpo” solo aparece para nombrar el cadáver