Moisés Finalé
“Moisés Finalé ha hecho de su pintura un espacio de convivencia para todos los espíritus; se trata de una geografía donde cohabitan los mitos de las más diversas procedencias en un nuevo contexto de significados…
Muestrario selectivo de obras y artistas cubanos contemporáneos, sin distinción de generaciones y tendencias. Participamos en el montaje progresivo, y a gran escala, de una especie de dossier actualizado, panorámico, sobre la dinámica creativa de los artistas plásticos cubanos, en el que se incluyen series o conjuntos de obras representativas, currículos, y valoraciones realizadas por la crítica de arte.
“Moisés Finalé ha hecho de su pintura un espacio de convivencia para todos los espíritus; se trata de una geografía donde cohabitan los mitos de las más diversas procedencias en un nuevo contexto de significados…
Se puede ser un artista emblemático dentro del contexto cultural de origen, sin tener una presencia cotidiana en él. Eso lo hemos podido corroborar durante todos estos años con el artista cubano Carlos García de la Nuez, quien vive y trabaja en México desde hace ya más de veinticinco años…
La performatividad y el cuerpo como su protagonista, le brindan a Mendive la oportunidad de imprimirle mayor dinamismo a su obra, al incorporar el movimiento. Y, por ende, traspasar los límites físicos de los soportes bi y tridimensionales…
Una sola palabra se lee en el cartel de mi cuarto de trabajo: Cuba. Su diseñador, Pepe Menéndez, de refinado pulimento habanero ya poco en uso, lo realizó a propósito de la muestra Gritos en la pared y por muchas razones es una figura sobresaliente en el universo visual cubano…
Como le sucede a la Alicia de Lewis Carroll, a partir de la caída en el pozo que la lleva al País de las Maravillas, desde el inicio de la travesía artística de Sandra Ramos (La Habana, Cuba, 1969)…
Entre las exhibiciones individuales que las galerías locales inauguraron de manera concomitante con Art Basel Miami Beach, 2019, hay que señalar a la de Rubén Torres Llorca en Praxis International Art Gallery, en el Wynwood, como una muestra…
Mientras la década del noventa penetraba en lo que pudiéramos llamar su madurez, y el ambiente cultural cubano perdía casi el asombro ante las citas, las mil y una maneras de apropiación y el sin dudas tropicalizado pastiche, era posible aún sorprenderse ante la provocadora exposición de Reinerio Tamayo (Granma, 1968) “Mitos, genios y leyendas”, que presentaba la refuncionalizada galería La Acacia, sobre todo por la magia que daba a los ojos placer semejante a ese regusto impreso en el paladar, tras el contrapunteo entre la sutil delicadeza de un mojito y el vigor expansivo del saoco.
Pero ¿acaso todos estos nuevos prodigios no deberían palidecer frente al más sorprendente, al más turbador de todos ellos: aquel que parece dar por fin al hombre el poder de crear, también él, a su vez, al materializar el espectro impalpable que se desvanece apenas percibido sin dejar ni una sombra sobre el cristal del espejo, ni un escalofrío en el agua de la cubeta?
Roberto Fabelo ha sido un artista bastante favorecido por los medios de comunicación en Cuba. La prensa masiva y especializada le ha dedicado numerosos textos promocionales y reflexivos; y a estas alturas de su carrera resulta difícil realizarle una entrevista que no suponga la reiteración de algunos contenidos ya aprehendidos sobre el desarrollo de sus obras y procedimientos técnicos.
En los últimos tiempos Montoto se ha dedicado a hacer una pintura inusual, que combina de manera disimulada, sinuosa, cubanidad y universalidad, abigarramiento y contención… Yo me defino como una persona desasosegada que busca el sosiego desesperadamente, me dijo en una conversación reciente. Quizás por eso casi siempre mis obras son contenidas. Cuando abordé el barroco histórico no lo abordé desde el punto de vista de la exuberancia sino de lo que tenía de clásico el barroco y lo que tenía de pasivo, es lo que he tenido en cuenta casi siempre en toda mi obra anterior.